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Mi cama se sentía más cómoda de lo normal.

‒¡Aryoung llegaremos tarde!—grito mamá en las escaleras.

Me recosté mirando el techo, suspirando, pensando en lo que ayer justamente había pasado.

Me beso, él me beso.

Después de eso el no dijo ni una palabra solo suspiro, y salió de mi habitación.

Dejándome una vez más con mis sentimientos en la garganta.

‒Hey, no tienes que ir si no quieres.—hablo Liyee sentándose a mi lado y viendo mi mal estado.

‒Lo siento tendrán que ir sin mi.—sonreí.

‒Bien, le daré tus saludos y disculpas a la familia de Jimin.—beso mi frente y se fue.

Irían a cenar con Jimin y su familia, conocerían a su madre, padre y hermano.

Aunque conocía ya a su madre, por el incidente de mi caída aquella vez, me hubiera gustado conocerla apropiadamente.

La futura señorita Park.—reí.

Suspire pesado pensando en como se vería Jimin vestido de traje, elegante, quizá con una rosa en su bolsillo de pecho, quizá con una corbata o un moño.

Jimin no me dejas descansar si quiera en mi imaginación.

La verdadera pregunta aquí era

¿Pasar la tarde en pijama o arreglarme?

Cepille mis dientes, camine hacía la bañera y deje que la radio consumiera mi alma.

Quedé ahí 2 horas aproximadamente saliendo hecha una pasa, me vestí cómodamente para pasar un día tranquila, comiendo, y viendo televisión.

Eran pasadas de las 6pm después de un rato, aburrida viendo infomerciales, pensé en lo que estarían hablando allá en la magnífica cena de presentación.

Mañana era la boda.

El timbre de la puerta sonó, corrí y vi a Liyee felizmente abrazada con él.

‒¡Trajimos comida!—Liyee sonrió—Mamá paso a ver a papá en el trabajo así que estaremos solo los 3.

Genial.

Abrí los recipientes mientras de reojo veía a mi hermana hacerle cariñitos a Jimin en la sala.

Mierda, que feo, DIOS no me hagas soportar esto.

Debido al mal clima un rayo resonó en el cielo y la luz se fue.

Gracias, gracias.

‒Ire por las velas—escuche a Liyee subir las escaleras.

Me quede estática en la cocina, como si de una decoración se tratará hasta que otro rayo hizo que soltará un grito y corriera a la sala.

Donde automáticamente mi cuerpo se encontró con el de Jimin.
‒¿Estas bien?—dijo algo serio.

Asentí.

Podía oler su colonia, ese aroma sutil que usaba.

Unos pasos bajando hicieron que nos despegáramos rápidamente o más bien que yo lo empujara y corriera a otro lugar.

Liyee encendio las velas y consigo traía una caja.

‒¿Qué es?—pregunte mirándola.

De ahí saco una radio, acomodo las baterías y la puso en medio de la sala, donde estaban las velas, parecía que haríamos un ritual satánico.

sure thing. 지민 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora