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–Soy el Dr. Young, necesito una camilla, paciente con herida de bala en el abdomen.—grito el padre.

Jimin quien entro con la chica en brazos esperaba la camilla para poder dejarla acostada.

Tan pronto llego, en ningún momento el chico soltó la mano de Aryoung.

–Bien, Jimin aquí sigo yo solo.—el señor Young entro a la sala de urgencias; Aryoung se estaba desangrando.

Con el corazón casi saliéndose de su pecho, y la preocupación que carcomía todo su ser pedía tanto que pasara lo que pasara, solo no la hicieran sufrir más.

Liyee y la demás familia pronto llegaron.–¿Como esta ella?—pregunto agarrando del brazo a Jimin.

–No lo sé, yo...aun no dicen nada.

–Vamos hija, no me hagas esto.

–Doctor, no hay nada que hacer.

–No, no mi Ary.

La madre corrió a los brazos del doctor quien salía quitándose el cubre bocas, abrazo a su esposa. Mientras miraba a Jimin y los demás.

–Lo siento.—Jimin leyó en sus labios.

–No es cierto...—el chico comenzó a llorar.

Liyee se desplomó.

Jimin entro en la habitación donde se supone ella tendría que estar. Entro devastado, viendo ahí a la radiante chica de hace unos momentos.

Con su lindo vestidito blanco lleno de sangre.

Tomo su mano y la beso, estaba fría.

–Nunca...nunca pude...—las palabras  le eran difícil de decir—Una vez te dije que mi mayor miedo eras tú. Y no mentía —acaricio su cabello—Tenía miedo a esto, a ti, a caer perdido sin ti. ¿Ahora que haré con mi corazón?

Jimin se culpaba una y otra vez.

Si me le hubiera declarado antes esto no habría pasado.

Si hubiese cancelado la boda.

Si la hubiese abrazado más.

Si la hubiese besado un poco más.

sure thing. 지민 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora