Draco Malfoy. El regreso de la serpiente.

1.

Solo para recordarles que los amo por apoyar mi trabajo con sus votos y sus comentarios, y para pedirles paciencia, al igual que la primera parte, ésta va a ir poco a poco. 

Disfruten su lectura y no olviden ir a ver mi otro fanfic Drarry/Harco El arte del engaño y la seducción el cual ya se encuentra terminado y en mi perfil. <3

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Draco abrió los ojos sintiéndose extrañamente pesado, había olvidado la sensación que significaba tener un cuerpo sólido y material, había olvidado lo que significaba estar vivo. No sabía donde se encontraba, todo a su alrededor le era completamente desconocido, los edificios, las calles y aquellos objetos que pasaban a gran velocidad frente a él y que, al parecer transportaban personas. Cuando fue capaz de aclarar su mente se percató de que se encontraba metido en algún callejón lleno de cajas olvidadas y basura empaquetada en bolsas negras, y por un momento estuvo a punto de replicar que aquel lugar no era digno de un Malfoy, hasta que recordó.

Con mucho más cuidado del que hubiera querido se puso de pie, el cuerpo entero le dolía, entumecido por la falta de movimiento, se sentía oxidado y movió cada una de sus articulaciones mientras intentaba recordar como se caminaba, como se respiraba con naturalidad y como se pestañeaba sin que pareciera que padecía un tic nervioso. Cuando por fin se encontró al cincuenta por ciento de sus habilidades físicas comenzó a mirarse, vestía exactamente la misma ropa con la que se había marchado, una túnica color negro bastante sencilla y ropa básica debajo, unos pantalones grises de seda y una camiseta blanca con mangas largas y cuello alto, pero a comparación de la última vez que se había visto, se notaba que la prendas le quedaban chicas. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que se había marchado? No podía estar seguro, allí donde había estado no había nada, ni tiempo, ni espacio ni nada.

Miró alrededor, además de su ropa no había nada más que le perteneciera, ni su amada varita, ni su preciado broche con el emblema de Slytherin y se sentía tan expuesto. Por supuesto que él podía hacer magia sin varita, cosas sencillas como levitar un objeto, cambiar algunas cosas de color o tamaño, un protego lo suficientemente fuerte para rechazar un encantamiento ofensivo de fuerza media y lanzar expelliarmus medianamente fuertes, pero definitivamente no podía aparecerse sin su varita y no tenía ni idea de donde se encontraba.

El cielo estaba completamente oscuro e intentó invocar un tempus cosa que salió realmente mal, nunca lo había practicado sin varita y su magia se encontraba bastante oxidada, igual que su cuerpo. Se recargó en la pared de ladrillo más cercana y miró el firmamento intentando hacer uso de sus habilidades en astronomía y astrología, debían ser la nueve de la noche más o menos, o eso calculaba.

Al menos las constelaciones indican que sigo en Londres. Pensó con un poco de optimismo. Pero no tengo idea de en que parte, no tengo galeones, ni libras, estoy vistiendo prendas dos veces menores a mi talla actual y la gente no va a dudar en tacharme de extraño. Suspiró. Al menos Destino no me mandó a México o algo por el estilo, desde allí hubiera tardado el año entero en volver hasta aquí. Cerró los ojos con fuerza. No tengo ningún plan, no tengo una varita y el tiempo ya ha comenzado a correr... Joder, Draco, ¿eres un Slytherin o no?. Se regañó. Bien, primero lo primero, hacer grande estas cosas. Pensó mientras se concentraba en hacer más grande su ropa. Ésta, poco a poco fue amoldándose a sus piernas que se habían alargado, a sus hombros que se habían agrandado y a su cintura que se mantenía tan ceñida como siempre. Bien, ahora lo segundo. Tomó aire, usar tal cantidad de magia tras no haberlo hecho en mucho tiempo lo había agotado. Hacer que me recuerden, ir directamente con mis padres podría ser mala idea, quiero decir, son demasiado desconfiados y ni si quiera sé si... sé si están libres o en Azkaban... Harry, tendría que ir con Harry, el debería ser capaz de sentirme... debería. Gruñó con frustración. Primero debo recolectar información, no puedo lanzarme a la batalla como si fuera un Gryffindor envalentonado, necesito un plan, y un aliado... Pansy, ¡claro, Pansy! Me voy a presentar en casa de los Parkinson, si muestro las cortesías de los sangre pura y digo que soy un viejo conocido del colegio estoy seguro que me dejarán verla pero... ¿Cómo llego hasta East Midlands sin una varita?