16.

21.2K 2.5K 2.9K
                                    

Si había una cosa que odiaba mucho más que a Voldemort era perder, lo detestaba con todo el alma. Aquella sensación de derrota le irritaba de sobremanera, no podía sobrellevarla y mucho menos ignorarla, era horrible y agobiante, le hacía sentir humillado y dejaba su autoestima por los suelos. Odiaba perder más que nada en el mundo, le enervaba y le hacía bullir la sangre. Él era un campeón por naturaleza, o al menos así se había sentido toda su vida y si había una persona contra la que no le molestaba perder era Harry Potter. Pero aquel muggle de nombre estúpido era una cosa totalmente diferente, no solo había perdido ante él y había tenido que obliviatarlo, también había quedado como un completo estúpido frente a Potter, su madre, sus amigos y la familia de su novio y aquello era muchísimo más vergonzoso que cualquier cosa que hubiera experimentado antes.

Fue a parar al apartamento que su madre había adquirido únicamente para él, para que no tuviera que seguir abusando de la amabilidad de Pansy, era un penthouse de dos pisos en la zona rica de Londres, estaba decorada y amueblada de manera bastante moderna, gozaba con pisos alfombrados y de madera, era amplio y muy lujoso, más de lo que él necesitaba, pero su madre había insistido en que ningún hijo suyo merecía mucho menos que eso. Era bonito y tenía una magnífica vista al Big Ben, no pasaba mucho tiempo ahí, la mayoría de las veces se encontraba en Grimmauld Place con Harry y solo llegaba ahí a dormir, ni si quiera tenía comida en la nevera y la alacena no tenía más que sopas instantáneas y cereales.

Dejó que el agua de la lluvia escurriera en el piso, poco le importaba en ese momento arruinar la madera o la alfombra, estaba enojado consigo por haber perdido y con Harry por haber estado mirando a aquel tipo. Se sentía celoso, lo sabía, por eso no pensaba con claridad, se sentía humillado, se sentía herido ¿es que acaso no era él suficiente para Harry? ¿No había demostrado lo mucho que valía? Comenzó a dar vueltas de un lado a otro en el salón, salpicando todo, con su largo cabello rubio escurriéndole por el rostro. Él había hecho por Potter más cosas que cualquiera y además era guapo, físicamente atractivo y tal vez no era tan carismático y solía ser bastante sarcástico, pero de ahí en fuera era perfecto para Harry... ¿no?

El sonido de la aparición le hizo pegar un ligero saltito, sus piernas reaccionaron y rápidamente se dirigió hacia el piso de arriba por las escaleras de cristal, siendo detenido a mitad de éstas por una mano sujetándolo por la muñeca de manera delicada. Ahí estaba Harry Potter, tan mojado como él por la lluvia, luciendo sumamente atribulado. Y aquello solo le hizo sentir más furioso, Potter tenía la culpa de todo, él lo había orillado a portarse como un idiota Gryffindor y no como el orgulloso Slytherin que era la mayor parte del tiempo y lo odiaba por eso, porque cuando se trataba de Potter no era él mismo, nunca lo era y siempre salía lastimado.

—Draco, tenemos que hablar, lo que pasó en el parque...

—No quiero escucharte, Potter, suficiente tengo con la humillación de hace rato, fue tan estúpido pelear con un desconocido por tu estúpida atención —Le escupió prácticamente en la cara, furioso. Harry en vez de aminorarse reforzó su agarre.

—Es que es justamente eso, no tienes que pelear por mi atención porque ya la tienes —Draco hizo ademán de seguir subiendo, pero Harry no lo soltó. —Yo solo miraba su tatuaje, y pensé en hacerme uno que te representara, quería tatuarte en mi piel, Draco, eso es todo... —Sonaba desesperado, tal vez asustado.

Malfoy no lo miró, sabía que si lo hacía caería ante aquellos ojos verdes y no quería sentirse débil, estaba cansado de sentirse de aquella manera cuando se trataba de Harry. Quería mantener su orgullo intacto por primera vez en años, no quería sucumbir ante los encantos de Potter y su jodida mirada de no haber roto ni un puto vaso. Porque estaba furioso y quería seguir así un rato más ¿para demostrar qué? Ni él lo sabía, cosas de Slyhterin suponía. Jaló su brazo con fuerza, haciéndolo perder ligeramente el equilibrio pero finalmente se zafó del agarre del moreno y terminó de subir el tramo de escalera que le hacía falta.

Draco Malfoy. El regreso de la serpiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora