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02 de abril.

No sé cómo debería comenzar con esto. No quiero escribir el típico saludo que ponen al inicio de las cartas, porque se siente algo muy formal, pero tampoco tengo muy claro cuál es la finalidad de hacer esto, así que, por primera vez en mi vida, dejaré que las letras tomen el control de mis manos y se expresen en este papel, por todo lo que yo no puedo decir realmente.

Es la primera vez en que te escribo desde lo que [nos] pasó. Mis frágiles manos sudan un poco y mis ojos aún se llenan de lágrimas. Ni siquiera sé cómo me siento, es muy difícil estar de duelo cuando no hay nadie que tenga la decencia de acompañarte en tu dolor. Se siente como un mar de emociones que colapsan entre sí y creo que me estoy ahogando entre sus aguas. Me dejaste en medio del océano, te diste la vuelta y la que muere, soy yo. Jamás me gustó la playa, ni el verano. Ahora todo quema, ahora todo fallece. 

Jamás he escrito algo como esto en mi vida, creo nunca pude encontrar las palabras, los espacios, ni los puntos necesarios para crear textos a través de ellos, por lo que, siempre evité hacerlo. Después de todo, soy más del tipo de persona que prefiere las acuarelas, el carboncillo y los lienzos, antes que los las letras, los libros y los lapiceros. Durante años, copié todos los trabajos de literatura de mi hermano Sean, para presentarlos en la escuela. Él no tuvo problema en que yo lo hiciera porque, a cambio,  yo me encargaba de hacer sus proyectos de artes o historia. 

En otras circunstancias, hubiese pintado algo para dejar ir todo este dolor, pero, por si no lo sabes, llevo meses sin tocar mis pinceles, mis pinturas se empezaron a secar y mis lienzos, accidentalmente, se estropearon. El arte y yo estamos separados. Quizás es temporal, tal vez, es definitivo, quién lo sabe. Después de todo, sigo de luto.

Con la música no me meto, porque eso era algo que te pertenecía a ti. 

Entonces, aquí estoy, tratando de escribirte —tratando de sanarme—, pero es mucho más complicado de lo que pensé. ¿Cómo le escribes a alguien que nunca volverás a ver, sobre todo, si ese alguien está muerto? 

Solías pintarme el mundo a colores, trazando estrellas en la oscuridad; en tu ausencia, me quedé sin estrellas, sola, en esta bastedad.

Es una lástima.

Te fuiste hace meses y, en su lugar, el silencio se quedó a mi lado para hacerme compañía, pero me temo que podré lidiar con él por siempre. No cuando aún tengo mucho por preguntarte, mucho por decirte, mucho por amarte.

Éramos los mejores amigos. Creo que ambos estamos de acuerdo en que llegamos a ser más que eso. Ahora ya no hay nada.

Te fuiste y no hay ninguna pista que me lleve a tu encuentro, esta vez, te has ido para regresar jamás. Es lo que la muerte se supone que es, ¿no es así? Un viaje sin retorno, un duelo eterno.

Me pregunto si el mundo de los niños perdidos es un mejor lugar para ti, porque mientras tú debes reír a carcajadas en un lugar que te vuelve feliz, de nuevo, yo continúo pensando en ti.

Así que, mientras intento pensar en cómo puedo deshacerme de tu tacto sobre mi piel y de tu recuerdo de mi memoria, te escribiré, siempre, hasta que recordarte ya no me duela tanto.

Quién sabe y me termina gustando esto de las cartas, quién sabe y logro salvarme. En el fondo, ambos sabemos que necesito hacerlo.

Te quiere,

Hailey.

Ya no escribo por los lectores, escribo por mí :)

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