Ruta 133: el último adiós | Terminada |

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02 de julio, 20--

Hoy es de esas noches, sí, de esas mismas.

El aire parece no llegar a mis pulmones y mi voz no ejecuta ningún sonido.

Yo sé que grito, pero nadie me escucha.
Yo sé que lloro, pero nadie me ve.
Yo sé que me hundo, pero nadie me ayuda.

Ha pasado un largo tiempo desde la última vez en que me sentí de esta manera, temo que esto me lleve de nuevo a la perdición.

Pero, ey, descuida, sigo estando bien.

¿Así son las cosas ahora?
¿Es así como el resto de mi vida será?

Tú eres mucho mayor que yo, tú debes conocer mejor el mundo de lo que yo he podido hacerlo. Entonces, por la misma razón, he de suponer que si estuvieras a mi lado ya tendrías una respuesta a mis dudas. ¡Dime! ¡Ahora! Cuando sea grande, ¿todo será tan gris como lo imaginé?

Porque no quiero abandonar a la primavera por el invierno. Ahora amo las flores, no la nieve. Ahora amo la luz, no la oscuridad. Tú me hiciste hacerlo.

Ven y llévame de vuelta a todo ello, a todo lo bueno.

Lo siento, dije que era de esas noches.

Estoy volando, amigo. No te miento. He visto mis alas desplegarse en el cielo estrellado y una ráfaga de viento golpea fuertemente mi rostro. Parece ser hermoso, admito que se siente así, pero así es el mal. Dulce y cálido; tierno y llamativo. Luego se transforma y saca a la verdadera bestia: dolor y pena; angustia y llanto.

No intento culparte esta vez, no intento culparme yo tampoco. La culpa ya no crece en mí ahora. Solo quiero pensar que hay alguien que lee tras estas cartas. No tienes que responder, claro está. Será de esas veces en que yo pedía tu silencio a cambio de minutos de tranquilidad bajo la luz de la luna.

Sí, será eso.
Digo adiós, por primera vez.
La que se va ahora, soy yo.

Hailey.

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