Sus mundos eran demasiado diferentes, sin embargo el destino siempre es caprichoso y nos lleva por caminos que nunca imaginamos.
Kagura tiene una meta que cumplir y está dispuesta hacer lo que sea necesario para conseguirla. Por otro lado Sougo es c...
Pasaron varios días y Kouka se mantenía estática, se la pasaba viendo por la ventana de ese lugar al que la llevaron Kanko y Housen, comía muy poco prefería probar el tabaco de su pipa. No sonreía, no lloraba, no hablaba, no era ni la mínima parte de aquella chica que conocieron. Con el tiempo que tenían de conocerla verla de esa manera les partía el alma.
Housen se centro en su organización nunca fue bueno en hablar con las personas y menos en reconfortarlas.
Kanko la visitaba diariamente, le hablaba de cosas sin sentido o simplemente le hacía compañía en silencio.
-No te lo habíamos querido decir pero – Kanko no estaba seguro si debía contarle, pero no soportaba seguir viéndola así – aquel día...cuando llegamos, Ryu seguía con vida –
Lo escuchaba pero no mostraba ninguna emoción, solo apretó los puños.
-Con su último aliento nos pidió...que te salváramos...- el silencio se hiso presente mientras un par de silenciosas lagrimas recorrían las mejillas de la pelirroja – su único pensamiento antes de morir fue que estuvieras a salvo...ahora entiendo que no pedía que te rescatáramos de esos tipos...nos pidió que te salváramos de esto, de ti misma –
-No creo tener la fuerza necesaria para seguir – fueron las palabras que pronuncio después de días de no decir nada –
-La tienes...lo sé...- se acerco a ella y le tomo suavemente las manos – te ayudare –
-Volveré a fallar – observo al chico frente a ella –
-Te volveré a levantar las veces que sea necesaria, no decepcionare a Ryu –
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Kouka, parecía como si hubieran pasado años sin verla. Necesitaba llevársela de ese lugar, alejarla de esos malos recuerdos, de las peleas y el conflicto de las pandillas.
Hablo con Housen y aunque no estaba de acuerdo con que el moreno dejara la organización no podía evitarlo, ambos sabían que el otro estaba enamorado de ella...y aunque le doliera al peli gris verla marchar con su amigo, sabía que era lo mejor para ella. Para Kanko también fue difícil pues estaba hiriendo profundamente a su amigo.
Se alejaron de los problemas y llegaron a un pueblo pacífico, las personas sonreían, los niños jugaban y aunque el cielo permanecía la mayor parte del tiempo oculto entre las nubes de lluvia eso no les molestaba.
Con el tiempo las profundas heridas de su corazón fueron sanando, nunca podría olvidarlos, jamás borraría sus rostros de su memoria pero por ellos debía seguir viviendo. No debía olvidar las palabras de Ryu.
A su vida llego una personita que se convirtió en su nueva razón de vida, era tan pequeño, tan frágil y tan parecido a ella, lo llamaron Kamui.
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Su vida se torno tan maravillosa que ambos temían que fuera un sueño del que podrían despertar en cualquier momento, pero sus temores se desvanecieron cuando la pequeña y adorable Kagura llego a ellos. Fuero años maravillosos llenos de recuerdos que atesorarían por siempre
