Dudas Resueltas

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La soledad era lo que más le aterraba, lo que más odiaba. Y sin embargo hay estaba sin nadie a su lado, no pudo resistirlo mucho tiempo y se fue, quería estar con su familia.

Llego a la ciudad y fue a buscar a su hermana la cual no sabía nada de lo sucedido, llego al restaurante donde trabajaba y la vio atendiendo las mesas, se quedo parada viéndola desde lejos. La castaña estaba trabajando muy duro, en sus ratos de descanso tomaba un libro y se concentraba en sus letras. No supo por cuánto tiempo se quedo viéndola no sabía que debía decirle.

Sumida en sus pensamientos no se dio cuenta de que la castaña se percato de su presencia.

-¿Kagura? – La chica salió con alegría y sorpresa se abrazo de la pelirroja - ¿Qué haces aquí? – al ver el semblante tan serio y cansado de la niña Mutsu sintió un peso en su pecho - ¿Paso algo? –

-Muchi – sentía como la voz se le quebraba pero debía ser fuerte – Mami...se fue...- la tristeza en sus ojos no dejaba preguntas al aire –

-...No....- los ojos de la castaña comenzaron a cristalizarse, Kouka fue la madre que tanto quiso y por la cual había salido del pueblo para ayudarla –...Yo....volveré y...- no pudo terminar de hablar –

-No Muchi, no regreses. Ella quería que siguieras tus sueños y debes esforzarte por conseguirlos – la castaña no podo contener las lagrimas rebeldes que resbalaban por sus mejillas, aunque trataba de limpiarlas al momento –

-¿Dónde están los idiotas? – pregunto tratando de mantenerse calmada. Una punzada en el corazón de la menor le recordó todos los sucesos pasados –

-Ellos....están bien – sonrió -...están ocupados, trabajando –

-¿Te dejaron venir sola? – no entendía como sus hermanos podían ser tan irresponsables –

-Estoy bien, yo se los pedí...quería verte y ser yo quien te dijera lo que paso. Ya tengo que irme debo volver – la abrazo por última vez y se despidieron con una sonrisa forzada –

¿Cómo podía decirle la verdad? Después de verla trabajar y estudiar con tanto ánimo no era capaz de contarle nada, no podia hacer que se hiciera cargo de ella. No tenía el valor para arrastrarla a la misma desesperación en la que estaba ella. Pero no todo fue tan malo por cuestiones del destino el camino del peli plata y el cuatro ojos se cruzo con ella, fueron tiempos divertidos mientras trabajaba en la Yorozuya y vivía en el armario del hombre con permanente al que curiosamente esa chiquilla le recordaba a una mujer que conoció hacía varios años.

No creyó volver a sentir esa paz, volver a sonreír de ese modo, sentirse sin preocupaciones ni temores. Pero...no todo podía ser tranquilidad, sabía que tarde o temprano debía enfrentar su realidad y ese día llego antes de que pudiera esperarlo.

Narra Gintoki

El tiempo que tuve de conocerla jamás menciono a su familia y la verdad yo tampoco se lo pregunte mucho, cuando conocimos al viejo supe que la quería demasiado y que estaba muy preocupado por esa chiquilla mal hablada. No pudo llevársela y la dejo con migo amenazándome de muerte si algo le llegaba a suceder.

Ella siempre fue muy alegre, grosera, ruda, mal hablada, tragona...una chiquilla problemática, en algún momento tanto ella como Shinpachi se convirtieron en personas importantes para mí. Verlos sufrir dolía y por eso nos cuidábamos unos a otros. Poco a poco fuimos conociendo nuevas y locas personas y justo cuando nada parecía ser lo suficientemente grande de vencer él apareció.

Lo conocimos durante un trabajo, un loco violento sin remedio. Fue un duro golpe para Kagura volver a verlo. No fue sencillo detenerlos pero de algún modo se pusieron en contacto y se citaron en un lugar para aclarar las cosas, o al menos eso fue lo que le dijo a ella para atraerla a esa sitio.

Kagura y Sougo - Un Amor de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora