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Con un fuerte grito el hombre se lanzo sobre nosotros. Sam se desprendió de Andrea y  arrojo a la chica al frente a tiempo para poder esquivar al hombre.

Qué te pasa – grito la muchacha y dio traspié, Enrique la sostuvo para que no callera.

El hombre apenas noto que había perdido el objetivo. Se dio la vuelta y se dirigió hacia mí, apenas tuve tiempo de darme moverme poner mi mano en mi bolsillo, pero el sujeto me tiro al piso, le di un codazo en la cara pero este apenas pareció notarlo, levanto su arma la dejo caer sobre mi hombro grite de dolor, la desencajo, como pude di un rodillazo  en su entrepierna logrando con ello hacer que se retorciera. Con toda mi fuerza lo moví a un lado mis amigos me ayudaron a levantar. Sam lo pateo en el estomago en tres ocasiones. Y después lo dejo.

Vámonos – dijo Enrique sostenía a Andrea por los hombros – este tipo está loco.

Tiene razón – agrego Paulina que se había colocado tras Enrique -  es mejor que nos vayamos.

Vámonos – camine hasta Enrique quien ya había comenzado a caminar, Sam venia tras de mí.

De pronto un fuerte aullido inundo el aire, me volví para ver que era; el sujeto que antes habíamos derribado sostenía a Sam del cuello, mi amigo intentaba desasirse del hombre, corrí para ayudarlo, aprovechando el impulso de la carrera cerré mi puño y lo estampe en la cara del hombre, pero apenas se movió, en un segundo desvío la mirada hacia mí. Me quede helado, un escalofrió recorrió corrió por todo mi cuerpo. El hombre tenía los ojos completamente negros como aceitunas, ni rastros  de pupilas o iris, parecían dos huevos, su piel parecía totalmente pegada al hueso. Volví a golpearlo sin resultado alguno, de pronto el hombre se doblo de nuevo y Sam pudo soltarse de su garra. Apenas se alejo unos cuantos pasos el hombre estaba de nuevo como si no lo hubiese golpeado, lleve mi mano a  mi bolsillo, y tome mi llavero, pensé en liberar mi arma pero que les diría mis amigos si me veían desaparecer de pronto. "El sujeto no es un espectro mi guadaña no puede hacerle daño es humano" me dije a mí mismo. Mire a mi amigo. Sam afirmo con la cabeza.  Tan pronto desviamos la mirada al hombre  esta paso corriendo en medio de nosotros.

Fue muy rápido para poder detenerlo. Las chicas gritaron cuando vieron acercarse al hombre. Enrique las hiso a un lado y él se enfrento al hombre pero así como había tomado valor para enfrentar a su atacante de golpe lo perdió, la expresión de su rostro cambio por completo, estaba aterrado, algo lo había aterrado  apenas tuvo tiempo de gritar que había algo en la iglesia cuando el hombre lo derribo con ferocidad estrellándose ambos contra el pavimento de la calle. Sam corrió para ayudarlo. Yo me volví para ver hacia la iglesia. Ahí estaba.

De pie sobre la  cúpula de la iglesia, una figura oscura se sostenía de una de la cruz de la cúpula. Cubierto de pies a cabeza por  una capucha negra. Era imposible ver sus facciones ya que su rostro estaba cubierto completamente por las sombras de la capucha. Era justo como lo había descrito Enrique antes.

La figura se recortaba a la perfección en la tenue luz de los faroles de la calle. Un grito llego a mis oídos arrancándome de mis pensamientos. Al voltear a ver a mis amigos me encontré con que el loco había sometido por completo a Enrique, lo tenía contra el suelo, salía un negro espeso de su frente. Sam  golpeaba al hombre con puños y piernas daba patadas aquí y allá pero el sujeto parecía no sentirlas seguía sobre Enrique haciendo cualquier cosa que estuviera haciendo, la camisa de Sam dejaba ver una mancha que se hacía cada vez más grande con cada movimiento.

Tenía mi llavero en la mano me lo quede mirando, emitía luz como siempre, mire de nuevo a mis amigos. Apreté el puño sobre mi llavero y corrí para ayudar a Sam a retirar al hombre de encima de nuestro amigo. De pronto una mujer cayó del cielo, me detuve al verla caer, se un empujón arrojo a Sam a nadie calle el pareció confundido por un momento, seguí mirando a la mujer, entonces repare en la guadaña que traía en su mano. Con su mano libre tomo al hombre de la camisa y lo levanto como si fuera su bolso de mano y lo arrojo por sobre mi cabeza, al hacerlo la mujer me miro me dirigió una rápida sonrisa ya la había visto antes, con la luz de los faroles pude ver su guadaña en su mayoría la hoja era de color negro pero con la luz aparecía por momentos colores desde el verde pasando por el azul hasta el rojo y amarillo. Pasó a mi lado y la seguí con la mirada. Me voltee cuando ella paso a mi lado el hombre de los ojos negros acababa de levantarse, mire a sus pies, entonces repare en su sombra. No tenía.

CegadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora