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Todos los espectros estaban gruñendo y esperando a que yo bajara un poco más para poder desgarrarme  y devorarme. Era una gran concentración de espectros, parecía que alguien los hubiera invocado a este lugar, justo para atacarnos y matarnos. Quizá eso era. Estaba casi eso.

De pronto un espectro arrojo algo delgado con mucha su velocidad, no pude percibir que era debido a la velocidad con que lo había disparado, apenas tuve tiempo para esquivarlo moviéndome hacia un lado. Pronto volvió a atacar, solo que ahora si pude percibir con claridad. Era una especie de espina que salía disparada de su codo; está paso rosando mi mejilla pude sentir su filo, sentí como la sangre comenzaba a salir de la cortada que me había provocado.

Con mi mano limpie la sangre que comenzaba a llegar hasta mi cuello. Pronto el espectro volvió a atacar disparando más de esas espinas, su puntería era bastante buena, desvié dos golpeándolas con mi guadaña pero otras pasaron rozando apenas mis piernas rompiendo mi pantalón.

Era hora tomar lo ofensiva, me deje caer en picada con el ave de presa por la cual mi arma toma  su nombre. El espectro siguió disparando pero gracias a la velocidad de llevaba los pude esquivar fácilmente, la vista de águila me ayudaba mucho a pesar de que era de noche podía ver perfectamente los proyectiles salidos de sus codos a gran velocidad. El espectro gruño, parecía molesto por no poder asestar ni una de sus espinas en mi cuerpo.

Apenas el espectro estuvo a mi alcance con un solo movimiento de mi arma corte su cabeza separándola de su cuerpo; al instante ambos estallaron en un sinfín de cenizas, entonces golpee el suelo con mi hombro, di una voltereta en  y me puse de pie tan rápido como me lo permitió mi cuerpo. Levante la mirada, había otros tres espectro que me estaban rodeando  gruñendo y listos para poder atacarme. Sonreí.

Ahora pude entender la emoción de tiburón al momento de Pelear, si era divertido.

La adrenalina recorría mi cuerpo dándome más energía, me sentía más ligero que nunca en la vida y lleno de vida. Nunca había sentido algo semejante en lo que llevaba de vida. Algo tan emocionante y vigorizante.

Los espectros se lanzaron al ataque todos a la vez. Los lamentos fueron ensordecedores,  el más cercano salto robre mi, rodamos juntos por el suelo por un momento, intentaba morderme el cuello pero lo único que lo separaba de mi, era que en el último momento había alcanzado a colocar mi arma entre nosotros y empujarlo con ella, era como intentar levantar unas pesas de cien kilos sin ayuda, solo que estas se movía mucho mas.

Con toda mi fuerza lo empuje hacia atrás, apenas me vi libre por un instante lo golpee con el mango de mi guadaña justo en la boca; el espectro cayó al suelo y escupió un asqueroso liquido color verde oscuro. Me lo quede mirando por un momento pero el espectro volvió su mirada hacia mi y volvió a gruñir.

Entonces caí al piso de frente, golpeándome contra el suelo, sentía un dolor intenso en mi espalda, intente girar mi cabeza para ver a mi atacante pero era totalmente obvio que se trataba de otro de los espectros; lo escuche aullar casi junto a mi oído. Parecía que era un aullido de victoria.

Me moví para quitármelo de encima de mi cuerpo, pero era demasiado pesado, y apenas sintió movimiento el espectro me clavo sus garras en mi espalda junto con sus fuertes mandíbulas en mi hombro, grite de dolor, el espectro apretó mas fuerte mi hombro clavando más profundo sus afilados dientes; volví a moverme, con este último movimiento logre liberar mi arma y cuando por fin estuvo libre esta se desintegro en  muchas plumas que comenzaron a girar alrededor de nosotros el espectro comenzó a aullar volvió a clavar sus garrar con fuerza en mi espalda grite, al instante el torbellino de plumas se volvió más fuerte de pronto el peso en mi espalda desapareció me pude levantar ahora protegido por el torbellino de plumas.

CegadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora