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El helado viento entraba por las ventanas del Bella Vitta,  un escalofrió recorrió mi espina dorsal, tuve el impulso de abrazarme a mí mismo para evitar un poco el frio de la noche. Los demás parecían que el frio que no le afectaba y quizá era así, había algo mucho más importante por qué  preocuparnos.

Solo tenemos que un problema – al fin abrí la boca, camine hacia mis compañeros segadores de almas - ¿Cómo vamos a encontrar a Colibrí. Además de que Shadow la está ayudando.

Ramón – dijo Tecno y miro al hombre, Ramón se había recargado en la barra del bar. Tenía la mirada perdida en el espacio. Tecno lo llamo en dos ocasiones mas entonces fue que prestó atención.

Apenas lo escucho Ramón levanto su mano izquierda, alrededor de su muñeca se iluminaron los mismos símbolos, por un momento giraron en su muñeca y después desaparecieron. El hombre hizo un gesto negativo con su cabeza y una mueca de disgusto.

No puedo encontrarla – menciono un poco enojado – supo esconder muy bien su energía.

Shadow, busca a Shadow – sugirió Sandra, pero Ramón movió su cabeza y dijo que lo había intentado.

Existe alguna otra manera de localizar a un segador de almas – pregunto Tecno. Ramon y su hija ambos negaron con la cabeza casi al mismo tiempo.

La magia ha sido la única manera de encontrar a los segadores que están lejos y comunicarse con ellos desde el tiempo en que se hiso el tratado con los magos.  – Comento Ramón – nunca había sido necesaria otra forma. Jamás un segador se había podido esconder de un hechizo localizador. Lo que me parece más extraño es... ¿Como logro esconder su energia. Para eso se requiere un hechizo muy poderoso.

De pronto un viento fuerte entro por la ventana sin cristal; Y acompañándolo unos aullidos fuertes, aunque más que aullidos eran lamentos, lamentos de espectros. En conjunto sonaban espeluznantes.

Uno en particular sonaba más fuerte que el resto. Volvió a escucharse pero más fuerte. Estaba cerca. Ramón se puso alerta, igual Tecno quien rápidamente se puso en pie abandonando la silla y arrojándola hacia atrás, cerró su puño alrededor de su guadaña, Tiburón también se  preparo para la batalla que estaba por librarse.

Al escuchar de nuevo el siniestro  rugido del espectro mi corazón comenzó a latir, el latido era rápido, muy rápido, pensé que se me saldría del pecho en cualquier momento, solo que no sabía si era de miedo o de la adrenalina que volvía a recorrer mi cuerpo llenándolo de energía para la batalla. Confiaba en que fuera la segunda opción. Es la que más que agradaba.

Un nuevo escalofrió recorrió mi espalda, el bello de mis brazos se erizo. Intente controlarme aferrando mi arma con fuerza. Inútil. Eral inútil intentar controlarme.

Tecno comenzó a caminar hacia la salida, al pasar a mi lado me dio una palmada en la espalda, lo cual me saco del estado de pánico en que me encontraba. Me tranquilizo un momento.  Lo mire, Tecno estaba serio, me resultaba extraño ver esa expresión en su cara, era como si no encajara ahí, al contrario de su sonrisa habitual.

Segadores encárguense de los espectros – ordeno Ramón con voz fuerte, casi un grito, pronto Sandra se acerco a su padre. Andrés tomo de la mano a su novia y se quedo junto a ellos, parecía un  poco ansioso, al parecer es la primera vez que enfrentaban una situacion así. Y no los culpo yo tampoco pensé que un día me estaría enfrentando a una cosa semejante en toda mi vida – yo me encargare de poner unos cuantos hechizos de protección mas para poder ayudar al que ya está puesto en el bar.

Asentí con la cabeza, Tiburón me sonrió por un segundo y comenzó a  caminar, al llegar a mi lado me di la vuelta siguiéndola y comencé  a caminar a su lado. Salimos juntos hacia la oscura calle.

CegadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora