El chico de la librería (Parte 2)

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Aviso: En esta parte hay Lemmon.

—Ga-Gajeel —intenté hablar pero se había formado un nudo en mi garganta.De pronto sonrió y se apartó de mí.—Enana, tendrías que ver tu cara —dijo mientras seguía riéndose.—Sólo quiero abrir la puerta, pero no puedo si no te apartas —noté como mi rostro se sonrojaba. Golpeé su pecho. —Idiota —murmuré. Eso provocó más risas a Gajeel. —Vamos, entra —me adentré en la librería, olía a...¿comida?—¿Cenaremos aquí?—pregunté —Así es, seguramente es tu primera vez.—dijo con una media sonrisa —¿Cenar en una librería? —me miró y sonrió con picardía.—Si... lo es. —Nos acercamos a una mesa redonda. Sobre ella había una única lámpara que con una luz tenue iluminaba dos platos y entre ellos una bandeja de metal cuya tapa cubría su interior, al lado de esta había una botella de vino.—¿La propietaria sabe algo? —quise saber.—No exactamente, sabe que me quedo hasta tarde... pero cree que es para estudiar las diferentes secciones, lo que no sepa no le hará daño —Se acercó a una silla, la apartó de la mesa y con una mano me ofreció que me sentara en ella. Le sonreí y me senté, luego él también tomó asiento.—¿Te gusta? —preguntó mientras analizaba mi rostro.—Si, es... diferente y lo diferente suele gustarme —dije con una sonrisa sincera.—Pues espera a probar el pastel de carne que he hecho —levantó la tapa de la bandeja y el aroma se hizo más intenso.—¿Lo has hecho tú? —quise saber—Claro, una persona muy importante para mi me lo enseñó —se percató de mi mirada, que lo más seguro dijo claramente "OTRA CHICA" así que carraspeó y me aclaró mis dudas.—Mi madre.—Entiendo —dije y mi cuerpo empezó a relajarse. Cada uno tomó una porción, durante la cena hablamos de muchísimas cosas; gustos, manías, recuerdos de nuestra infancia y de un tema que no quería tocar: los ex-novios/as. —¿Algunos de tus ex tenía la misma afición a los libros que tú? —Si, fue hace algunos años, incluso le gustaba más que a mí, se pasaba casi todo el tiempo leyendo...fue una relación algo extraña. —dije recordando awuel noviazgo—Me imagino, mis ex-novias eran... —Gajeel vio que aquella conversación empezaba a incomodarme—Gajeel, no quiero ofenderte, pero no quiero hablar de nuestros ex —dije algo molesta. —Claro, lo siento, cuando estoy nervioso digo cosas que no debería —se disculpó. —Háblame de tus padres —le sugerí. —Mi madre es la persona a la que más admiro, trabaja con niños pequeños, cuando llega del trabajo hace la comida, aunque mi padre le ayuda cuando puede, él es policía —dijo con orgullo—¿Por qué un hijo de una profesora y un policía ha decidido trabajar en una librería? —quise saber.—Un hijo no tiene el porqué de trabajar en lo mismo que sus padres. —sonreí, y seguí comiendo mi porción de pastel de carne.—¿Y tu enana? ¿Qué hay de tu familia?—dijo apoyando sus codos sobre la mesa, entrelazó sus dedos y apoyó su cabeza en ellos.—Mi padre es arqueólogo y apenas le veo y mi madre se dedica al arte, es muy buena —le informé con una sonrisa. —¿Qué me dices de tus sueños? —le miré, «mi sueño es trabajar entre libros», pensé.—No los tengo del todo claros —dije esperando sonar convincente.—Yo siempre quise trabajar con hierro, ser un excelente herrero, pero tengo que ahorrar para poder pagarme el aprendizaje —Gajeel me sonrió y pinchó un trozo de pastel de carne en su tenedor. Él necesitaba aquel trabajo, no lo podía culpar por eso. Al terminar de cenar le ayudé a limpiar la mesa, y así dejarla como si allí no hubiera pasado nada. Me pasee por todas y cada una de las estanterías, incluso las que contenían los libros más antiguos. Me apoyé en una pared para contemplar la estantería repleta de libros antiguos. Siempre estaba rodeada de libros, me gustaba estarlo, mi madre me decía que me perdía muchas cosas divertidas entre tantos libros, busqué a Gajeel con mirada, estaba algunas estanterías lejos de mí, me acerqué a la mesa de donde habíamos cenado y apague la luz de la pequeña lámpara.—¿Enana? —me llamó algo asustado cuando la luz se apagó. —Gajeel, ya que no has traído el postre, he pensado en hacerlo yo misma —oí la risa de Gajeel, ahora relajado. —¿Y qué hay de postre? —quiso saber. Iba avanzando despacio y alejándome de su voz. —Para saberlo tendrás que encontrarme. —De pronto dejé de oir ruido, estaba todo muy calmado, era como si estuviera sola, como si Gajeel se hubiera fusionado con la oscuridad. Me aparté de la mesa y fui guiándome por las estanterías. —No huyas de mí, sabes que terminaré encontrándote —dijo Gajeel casi en un susurro. Me mordí el labio, hacía mucho que no me sentía de aquella manera. Empecé a acostumbrarme a la oscuridad y veía la silueta de las mesas y estanterías, pero no a él. Me quedé quieta frente a una de las estanterías, extendí la mano y toqué los libros. La aparté enseguida cuando noté sus manos en mi cintura, me rodeó completamente con sus brazos. Apoyó su barbilla en mi hombro, pude notar su respiración en mi cuello. Su cabello resbaló por mi hombro y por mi brazo, provocándome un agradable hormigueo. —Te encontré...Y ahora dime, ¿Qué hay de postre? —Apoyé mi espalda en su pecho y sonreí.—Gajeel, yo soy tu postre —susurré. —Si...uno muy dulce —noté como sus labios besaban mi hombro y muy despacio subían por mi cuello. Cerré mis ojos, saboreando aquel momento. Me dio la vuelta y quedé frente a él, la piel donde había posado sus labios aún ardía, noté como sus manos acariciaban mi espalda mientras las mías acariciaban su pecho. —Déjame saborearlo —dijo en un susurro. Sus labios rozaron los míos y sonrió ligeramente, seguidamente su boca invadió la mía, reclamándola como suya...y lo era. Me besaba una y otra vez, sentía sus boca por mi cuello, luego volvía a mis labios. Me levantó en sus brazos sólo para tumbarnos en el suelo.

¿Mejores Amigos? (GaLe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora