🔰VII🔰

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A la mañana siguiente, Magnus tenia un terrible dolor de cabeza. Levantándose de la cama con un gato al lado que desconocía. El pelaje grisáceo y las lineas negras junto a los ojos verticales y amarillos trajeron un dolor de cabeza a Magnus y un nombre rebotar en su mente.

Presidente.

Magnus miro al gato maullar antes de sentarse en la cama y mirarlo directamente, la cola ondearse por encima de su cabeza peluda.

—¿Quien llama a un gato Presidente”?

Magnus ignoro las memorias que tenia sobre el gato, los leves flashes en su mente que rebotaban detrás de sus párpados. Evitando gritar el nombre de quien ahora dormía en el sillón. Tomando una toalla Magnus entro al baño.

El agua descender por su cuerpo ayudaron a aliviar el punzante dolor en su cabeza. Restregando su cuerpo en lugares sensibles. Y los recuerdos de unas manos amorosas acariciar su cuerpo. Jadeando de asombro cuando vio unos ojos azules.

Saliendo presuroso del baño, Magnus se concentro en secarse y ponerse unos calzoncillos decentes de los muchos brillantes que tenía.

Buscando unos pantalones, Alexander entro.

Desnudo.

—Buenos días —. Dijo Magnus aún no conciente de la desnudez de Alexander quien le devolvió el saludo. Magnus volvió a mirar y grito —. ¡Oh, dios!

Alexander aún medio somnoliento, algo asustado saltando en su lugar cubriéndose un poco con sus manos.

—¡Debiste tocar!

Alexander, aún con la vergüenza recorrer su cuerpo, se burlo —. Vamos... No es algo que no hayas visto ya —. Magnus lo miro atónito, con un polo negro ligero cubriendo su cuerpo —. Y allí no hay algo que no haya visto.

Bane ahogo una pequeña risita, mirando al techo en un intento de no mirar a quien aún es su prometido —. No es gracioso —. Alec alzo ambas cejas, alzandose de hombros —. No es gracioso y aún así debiste haber tocado.

Alexander retrocedió aún sonriendo de lado. Magnus sintió un escalofrío y se retiro a su habitación sin conseguir la respuesta de que si Alec tocaría antes de entrar o no.

Magnus al secarse el cabello frente al espejo vio una pequeña foto incrustada en una esquina que lo revelaba a él de espaldas con el brazo extendido hacia arriba y doblado sobre su cabeza en posición confiada... Y un tatuaje en el centro de los omoplatos.

—¿Qué?

Magnus se quito la camiseta negra holgada y con agujeros para observase en el espejo, luciendo en su espalda un tatuaje de formas afiladas, pareciendo un símbolo de una bola de fuego allí. Magnus ahogo un jadeo cuando un símbolo parecido apareció en su mente. El recuerdo de una casa, mansión, en la puerta de entrada el símbolo de una familia: Dos antorchas compartiendo el mismo fuego. Fuego que ahora Magnus lucia en su espalda.

Magnus junto los labios en una linea recta, los ojos dorados repasando cada trazo de ello —. Mi madre va a matarme.

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Alec estaba leyendo el periódico cuando Magnus entro a la cocina. La sudadera negra y desgastada lo hicieron ver más pequeño, la sonrisa que había en sus labios era de vergüenza pero comonidad plena. Alec bajo la taza de café de sus labios para observalo con adoración.

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