🔰X🔰

916 122 101
                                    


----------🔰----------

Alexander suspiro con pesadez, con los brazos cruzados sobre el pecho se recostó un poco sobre el estante. Mark evito rodar los ojos.

—¿Sabes una cosa?

Mark soltó un ruidito, agachándose nuevamente para recoger los paquetes y ponerlos en el estante.

—En la cena pregunto si lo hizo. ¡Por su puesto que lo hizo!

—No tiene memoria... —. Susurro Mark, el marrón wiskey de sus ojos lo miraron con diversión, Alexander bufo.

—Después, cuando fuimos a la dicha fiesta que Ragnor organizo, fue... Fue como si nunca lo hubiera conocido. La forma en la que hablaba, en como se comportaba... ¡Era como tratar con un niño!

—¿Te refieres a un niño engreído o que actuaba como un prometido moderno? —. Mark entrecerro los ojos, arrugando un poco la piel pálida y suave de su frente mirando fijamente a Alec. Alexander ladeó la cabeza —. Ya sabes... Parecido a una mujer, de esas que cuando se compromete olvida a la pareja por sus amigas... Y que coquetea con su ex enfrente del actual —. Eso último lo susurro, no lo suficientemente bajo para que Alec no lo escuchara.

—Se olvido por completo de mi —Bufo Alec —. Era otra persona, no era Magnus... No era mi Magnus.

—Obviamente que no, coquetando con el ex enfrente de quien se supone que sería tu esposo en que ¿Tres meses más?

—Oh, no. Este tal Sebastian —. Alec siseo el nombre, Mark le dio una mirada simpática —. Él... En su mente, Sebastian es el actual. Es con quien en un principio siempre estuvo. Y tal vez le jodió demasiado que su prometido le impidiera coquetear con él cuando lo saque de la fiestecita.

—¿Lo sacaste?

—Ya era tarde —. Expreso Alec con simpleza, evitando la mirada incrédula de Mark —. ¿Que?

—Nada.

—Me miras como si me hubiera salido una segunda cabeza.

—Técnicamente tres, ya tienes dos, pero eso no viene al caso.

Alexander trato en vano tragarse una risotada.

Media hora después, y un café cargado y uno dulce de espuma descremada, Mark suspiro lentamente, Alec lo miro por el rabillo del ojo, preparado para cualquier cosa que Mark preguntara. Sentados en la calle, en una pequeña silla de piedra, la respiración acompasada de ambos siendo opacada por los sonidos de carros y la gente en la avenida principal de Ford Avenue.

—¿Que le excita a Magnus?

Alexander hizo el esfuerzo de no atragantarse —. ¿Que?

Mark viro sus ojos al cielo —. Lo preguntare otra vez, más delicadamente —. Ahora fue el turno de Alec de voltear sus ojos —. ¿Que le ayuda a relajarse

—¿A Magnus?

—No, a su padre —. Dijo Mark con sarcasmo —. Si, tonto. A Magnus.

—¿En la cama? —. Medio murmuro Alec, labios rozando el borde de su café, la negrura en este llamándole indudablemente la atención más que los wiskey hipnotizantes de Mark.

Remember |Malec-AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora