CAPÍTULO 55 - Maratón 2/10

4.9K 288 11
                                    

En la habitación tan solo se oían pisadas yendo de un lado hacia otro. Pero no era un caminar de aquellos que se oyen a la afueras de las salas de espera de los hospitales. No, era un suave y rítmico ir y venir. Se podría decir que el dueño que aquellos pasos estaba…

-       Estás bailando?

Se llevo una de sus manos a los labios haciendo un gesto para que su interlocutora guardara silencio.

-       Lo siento –murmuró y sonrió mientras se apoyaba en el marco de la puerta para observar a sus dos amores moverse lentamente al ritmo de alguna canción que seguro estaría cantando la mayor en su mente.

Un pequeño suspiro se dejo oír en la habitación y ambas sonrieron. Entonces la morena se acerco a la pequeña cuna y con mucho cuidado dejo a Liz en ella. La niña se agitó un poco pero luego de una caricia en la mejilla se quedo dormida de nuevo. Lena la cubrió con la manta y se alejó silenciosamente. Una vez cerraron la puerta, suspiraron.

-       Esto de ser mamá agota.

-       Ya lo creo –sonriendo.

-       No me imagino a ti, si eres tú quien la amamanta –tomando la mano de su rubia esposa mientras se dirigían a su habitación.

-       Ya no tanto como al inicio, pero si. Me deja algo agotada.

Una vez frente a la puerta de su habitación, es la rubia  quien abre la puerta y entra antes que su esposa. Lena  tan solo demora en entrar y cerrar la puerta cuando se siente prisionera entre la puerta y el cuerpo de su esposa.

-       Kara? –sintiendo unos labios recorrerle lentamente el cuello.

-       No te gusta?

-       Jejej ejem…si pero… -poniendo las manos en la caderas de la rubia.

-       Te extraño tanto –apoyándose en el pecho de la morena.

-       Yo también –abrazándola.

-       Ya estoy bien…

-       Eso me pareció entender cuando me acorralaste -sonriendo.

-       Eres muy inteligente –riendo suavemente.

-       Lo soy. Soy tan inteligente que te elegí a ti para ser mi esposa.

-       … –y soltó un triste suspiro al recordar el verdadero porque de esa decisión.

-       Kara?

-       Te quiero.

-       Y yo a ti –se separó un poco, tomó de la mano a su esposa y se dirigieron lentamente hacia la cama.

Ambas se sonrieron y Lena se fue al baño después de darle un beso a su rubia. Para cuando salió de este, encontró las luces apagadas, a Kara dormida y sonrió pensando que la más entusiasta se había quedado dormida.

Se recostó y una vez iba a cerrar los ojos sintió como Kara la cubría con su cuerpo. Entonces sonrió.

-       Pensé que estabas dormida amor.

-       Nada de dormir, esta noche…serás mía –sonriendo pícaramente.

-       Oh, vaya. Sabes eso es algo…que será imposible –poniéndose seria.

-       Por qué? –susurrando mientras besaba el cuello de su esposa.

-       Porque no puedo ser tuya solo esta noche.

-       Y eso es porque…?

-       Siempre lo he sido –sonriendo y abriendo los ojos.

-       Te amo Len –mirándola a los ojos.

-       Y yo a ti Kara, y yo a ti -besándola.

Sintiendo las manos de su rubia esposa colarse por debajo de la camiseta no pudo quedarse atrás y metió sus manos por debajo del pantalón apoderándose de aquellos hermosos y firmes glúteos.

Los masajeo a su antojo hasta que oyó un gemido escapar de los labios de Kara.

Cada vez era más intenso. Cada vez era más hermoso. Y cada vez era más placentero, la excitación las estaba alcanzando y sus calientes cuerpos pedían más que tiernas caricias. En un abrir y cerrar de ojos se despojaron de sus ropas y suspiraron de alivio al sentir el contacto de sus pieles.

Kara continúo besando el cuello de su esposa, bajando hasta encontrar sus pequeños pero bien formados pechos. Fue por uno y luego el otro. Fue saboreándolos como quien saborea un dulce. Solo a segundos de haber empezado su tarea estos respondieron endureciéndose ante tales caricias. Para aquel entonces Lena estaba en su propio paraíso, muriendo de placer.

-       Kara…Kara…yo…yo…

-       Calma mi amor, yo sé lo que quieres…yo lo sé…

-       Kara… -suspirando.

Oyendo los pedidos de su amada, la rubia fue descendiendo hacia su intimidad. Sin embargo, no perdió oportunidad de dejar un reguero de besos ahí por donde pasaban sus labios. Fue solo un roce y tenia a su entera disposición a su mujer, podía sentir la piel de su morena erizarse, sentía como se venía mientras su traviesa lengua jugueteaba con su inflamado clítoris, pero la rubia quería hacerla sufrir un poco. Así como siempre lo hacia Lena con ella y es que después de mucho tiempo era Kara  quien estaba tomando las riendas de la situación. Y vaya que le estaba gustando.

Volvió a subir hasta el amado rostro de su morena y empezó a morder aquellos dulces labios que sabia le pertenecían únicamente a ella. Aquel pensamiento la excitó. Saber que Lena era suya, únicamente suya, de su propiedad…la excitó mucho más de lo que ya estaba. Su excitación la llevo a ensañarse con los ya sonrosados pezones de su esposa.

Lena no podía más, la lengua de su rubia  buscaba nuevamente su sexo y cuando llego se encontró con toda su pasión a punto de explotar. Bastaron unos leves toques para que la dejara a un paso del que hubiera sido el mayor orgasmo de su vida. Pero Kara se detuvo y la miró. Vio una malévola sonrisa en su rostro. Entonces sin pensar siquiera le imploró que continuara.

-       Kara…por favor…no te detengas…

-       Quiero verte Len…quiero verte cuando…cuando explotes gracias a mi –subiendo y colocándose encima de su esposa nuevamente.

-       Kara…has de mi lo que quieras pero…hazlo…-abrazándola.

-       Eres mía –y la beso.

Y mientras devoraba sus labios se acomodo entre las piernas de su pelinegra, tratando de hallar la mejor posición. Cuando la encontró un gutural gemido salió de ambas gargantas. Y entonces empezó ese dulce y a la vez apasionado baile de caderas del cual solo ellas conocían el ritmo exacto a seguir.

Lo movimientos se volvían más intensos, más bruscos, más salvajes. Kara quería meterse dentro de su esposa, quería sentirse en lo más profundo de su ser y quedarse ahí. Que nadie la sacara y vivir siempre dentro de su amada. De su amada morena.

-       Ahhhh Kara…

-       Len…Lena…ahhh!

-       Te amo…Mmm!

-       Len te amo…te amo tanto…ahhhh!

Tan solo unos minutos después ambos cuerpos se contrajeron violentamente, ambas gritaron sus nombres en la cima de sus placeres y la rubia se derrumbó sobre la morena. Había sido una explosión de locura y amor que subió varios grados la temperatura de la habitación.
Una vez que sus respiraciones casi recuperaron su ritmo normal, Kara besó tiernamente a Lena, se sonrieron y la rubia volvió a recostar su rostro en el pecho de su amada dando un profundo suspiro. Se quedaron abrazadas el resto de la noche, dándose todo el amor del mundo, como deseando recuperar todo el tiempo perdido hasta entonces y jurándose en silencio que no se separarían nunca.


WOW!! Que capítulo hahahahaha si o que?? Me quede en shock hahaha full snusnu hahahahavahav

DESTINO (Supercorp) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora