XVIII

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Al día siguiente me despierto algo desorientada.

El último recuerdo que tengo de haber cerrado la puerta.

Se me parte la cabeza.

Ahora estoy en mi cama, tapada con una manta polar que no es mía y voy con la misma ropa que ayer.

Me incorporo y voy hasta la cómoda de donde saco el pastillero. Anoche olvide tomarlas.

Salgo en busca de un vaso con agua y me sorprendo al ver que afuera todavía es de noche.

¿Qué hora es?

Me tomo el vaso de un solo trago y me fijo la hora en el reloj de la pared.

Son las 5:59 a.m.

Por alguna razón inexplicable me siento descansada.

Suspiro y me rasco el cuero cabelludo.

Hora de prepararme para ir al trabajo.

***

No voy a mentir.

Fue doloroso ver entrar a Lucas al estudio con la mitad de la cara morada. Y más doloroso fue que no me saludara. ¡Ni siquiera me miro!

Caminó con la frente muy en alto hasta su escritorio y comenzo a hacer sus tareas como si nada.

Y yo que esperaba un beso...

¡Sigue soñando amiga, sigue así!

Y por lo que veo las voces tampoco me van a dar tregua hoy.

Es un lunes muy lunes.

Amargo, aburrido, monótono, y para colmo, gris. Esta anunciado lluvia toda la semana.

— Buenos días Seraphina. — me saluda la señora Morgan cuando me ve.

— Buenos días señora Morgan. — digo con el poco entusiasmo que me queda.

Me tomo un momento para ver a través del rabillo del ojo de que Lucas acaba de entrar al despacho del señor Allen.

— Revisemos la agenda. — me ordena mi jefa.

Asiento y me pongo de pie con la agenda gorda en mano.




En estos momentos adoro a mi jefa.

Me dió tanto que hacer que no tengo tiempo a deprimirme.

Pero nosotros seguiremos aquí.

Eso ya lo daba por hecho.

Las horas se me pasan volando hasta la hora del almuerzo que es cuando voy al lugar de siempre y me tomo treinta minutos.

Al volver Lucas no ha vuelto y agradezco eso.

Tomo los casos de la semana y empiezo a ordenarlos por prioridad, tal como la señora Morgan dijo.

***

— Mañana voy a llegar después del almuerzo. — me informa Morgan — Mi hermana vendrá a eso de las diez y media para darte unas carpetas. —

Ocultas por el sol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora