Ocultas por el sol

XXVIII

A Lauren no la veo desde que me fui a trabajar ayer en la mañana.

Creo que había mecionado algo de pasar la noche con Ethan.

Me encogo de hombros.

Al menos tiene a alguién con quien pasar.

Al volver del trabajo lo único que hice fue llorar y dormir. Para luego despertarme, beber té y seguir llorando por todas las estupideces que hice en tan pocas horas.

Mi vida jamás fue tan caótica. Ecepto cuando me tuvieron que internar en aquel centro de rehabilitación.

Irónico. Lo hicieron porque en la escuela golpeaba niños y en casa era un peligro para mi padre y niñera.

Nunca dejé de ser un peligro. Para mí y para ellos.

Fui un peligro para mi madre, a tal punto que abandonó a aquel a quien le juró amor eterno frente a los ojos de Dios.

Fui un peligro para papá y Ellie al punto de tener que internarme. Y tener que vivir con una enfermera en casa.

Fui un peligro para Daphne y tuvimos que traer a Stephania.

Fui un peligro para Pedro, hice que se peleara con su hermana en su momento y que me dejara depués.

Y ahora soy un peligro para Lauren, quien duerme con un ojo abierto todas las noches por mi culpa. O se va con Ethan.

Todo es un peligro. Soy una bomba, el que está cerca mio lo destruyo. Todo lo que toco se destruye.

Destruí a mi familia, a mi primera y única relación, mi trabajo... todo.

La taza de té que tengo en las manos se ha enfriado.

Me pongo de pie, sujetando la frazada que me cubre, y camino hasta la cocina para prepararme más.

Termino de hacerlo y vuelvo al sofá.

Me acurruco más entre la frazada que Ellie me obsequió cuando me vine vivir a aquí y bebo mi té caliente.

Recuerdo las palabras de Ellie cuando me entrego esta frazada:

"Cuando sientas que el mundo se ha desmoronado frente a tus ojos, que no hay camino hacia adelante y que todas las luces se apagaron, vuelve a casa"

En ese instante me doy cuenta.

Escucho el ruido de la cerradura.

— ¡Llegué! — se anuncia Lauren. Deja todo sobre el pequeño sofá y viene hacia mí. Se sienta a mi lado y me abraza.

— ¿Qué ocurre? — me pregunta tras una pausa.

— Volveré a Lungoff. — respondo — Volveré a casa. —