Ocultas por el sol

XXIV

Ethan esta junto a mí. Atento a la puerta a su novia como yo.

Hoy es el cumpleaños de Lauren.

Desde hace una semana lleva planeando este día y nosotros dos llevamos planeando esta sorpresa hace dos días.

Esta noche habrá una fiesta en nuestra casa para celebrarlo. Debo admitir que estoy un poco nerviosa, porque está invitado Pedro.

Hasta ahora no he hablado con el.

Desde que hable con Elisa la última vez pasaron cuatro días y no he visto a Pedro en ese tiempo. Y no quiero amargar la fiesta de mi amiga con mis problemas.

Hoy es su día.

— Ahí viene. — dice Etha dando saltitos por la emoción.

El picaporte de la habitación de Lauren se mueve y unos segundos después se abre.

— ¡Feliz Cumpleaños! — gritamos Ethan y yo al mismo tiempo. Le tiramos papel picado y Ethan le extiende un pequeño pastel que preparamos entre los dos hoy temprano.

También tenemos conos de cumpleañis en la cabeza y soplamos a traves de pequeñas bocinas.

Lauren se ríe y nos da un beso a cada uno.

A Ethan, obviamente, lo devora.

— Feliz Cumpleaños hermosa.— escucho que le dice Ethan pegado a sus labios.

Lauren le agradece y le da un beso casto en los labios. Luego se acerca a mi y sopla la única vela que adorna el pastel.

Después de eso, me abraza.

— Feliz cumpleaños a mi dolor de cabeza.— digo en su oido. Veo como Ethan se ríe al mismo tiempo que Lauren.

— Garcias Seraphina.— dice y me da un sonoro beso en la mejilla.

***

Todo está listo.

Fue un día pesado con las compras pero nada que una siesta no repare.

Aún que pude dormir poco porque a Ethan y Lauren se les ocurrio "divertirse".

Es Sabado por la tarde y se supone que debería disfrutarlo pero no hago otra cosa que pensar en el trabajo.

Ultimamente no estoy siendo buena en eso y mi jefa se da cuenta. Ya no tiene el mismo trato y temo que despida.

Ayer por accidente confundí unos papeles de ella con un unos de la señora Bell y si no fuera por Xavier casi termino en la orca. Le debemos una a Xavier.

¿Y a Lucas?

Rio con amargura ante esa pregunta.

— A Lucas le debemos una disculpas.— murmuro.

¿Y por qué no lo llamas?

— Porque la última vez que lo llamé solo fue para empeorar las cosas.— contesto malhumorada.

¡Ya! No te enfades, solo era una idea.

— Pues sus ideas no son las mejores.— gruño y me tapo la cara con una mano.

Las voces cada vez son más insoportables.