×Mienteme×

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Lee Taeyong era un cabrón sin corazón. Al menos, eso pensaba Jeno mientras cambiaba un cubo lleno de vómito por otro vacío y, conteniendo la respiración, lo vaciaba en el fregadero. Apenas diez minutos después de dejar a Yuta en el apartamento, se había marchado. Ambos llamaron a Doyoung para asegurarse que el castaño no estuviera en peligro y, después, Taeyong desapareció del mapa, no sin antes decirle algo al grupo.

- Jeno, ¿puedes hacerme un favor enorme?

- Sólo si me dices qué coño está pasando.

Él suspiró.

- Escuchenme todos... Cuando se despierte, da igual el tiempo que les lleve, convenzalo de que estaba soñando.

Jeno abrió la boca con total descrédito, sobre todo cuando Renjun asintió y se dirigió a su habitación, como si el asunto no tuviese nada que ver con él. Bueno, técnicamente así era, pero aún así...

- ¿Al menos puedo saber por qué?

Taeyong lo miró, sin sonreír y con los ojos bien abiertos. Estaba tan serio que daba miedo.

- Confía en mí, Jeno. Todo será mejor si hacemos como que no hubiera pasado nada- entonces, miró a Baek, quien levantó las manos y declaró que él no vivía allí, así que no era su problema- Sé que por ahora no tiene sentido, pero les prometo que si no les cuento lo que ocurre al final del mes, pueden hacer lo que quieran. Por favor... denme sólo tres semanas más; eso es todo lo que les pido.

- ¿Quieres que esté tres semanas mintiéndole a Yuta? ¡Pues me ayudará bastante saber por qué lo hago!- gritó Jeno.

- A final de mes, Jeno. Juro por lo que quieras que, en Halloween, sabrás lo que ocurre.

Y eso fue todo. Jeno echó una gran cantidad de detergente por el fregadero y encendió la trituradora, a pesar de que el ruido seguramente empeorase la migraña que sentía Yuta. Jeno lo fregó todo con furia, incapaz de contener la rabia. Además, la cosa había empeorado cuando le había preguntado a Renjun por qué había asentido tan rápidamente y él había sacado su lado "racional".

- Taeyong se ha portado muy bien con nosotros y deberíamos devolverle el favor- le dijo, consternado. En otras palabras; en lugar de dejarte llevar por tu instinto, piensa con la cabeza. Gilipollas.

Por suerte, cuando volvió al salón, Yuta no había vuelto a vomitar. Estaba despatarrado en el sofá, delirando sin sentido. Jeno suspiró. Al escuchar las pisadas que venían del pasillo, levantó la vista y se encontró a Renjun con la mirada descontenta y una almohada bajo el brazo.

- ¿A dónde vas?- musitó el rubio.

- Abajo. Ya va siendo hora de que Donghyuck me devuelva todas las veces que se ha quedado aquí- dijo Renjun tranquilamente. Entonces, se mordió el labio y buscó atentamente las palabras que diría a continuación- Eso significa... que dejo el apartamento en tus manos...- murmuró entre dientes, aunque lo suficientemente claro como para que el otro le entendiera- Te harás responsable de él - señaló con la barbilla hacia Yuta- y de todo lo demás. Si, cuando vuelva, encuentro vómito en el suelo, en el baño... es más; si lo huelo al volver por la mañana, te ataré al contenedor y dejaré que los basureros te lleven con ellos. Lo prometo- entrecerró los ojos- Y con ésta me debes una muy grande. Estoy pensando en un menú de tres platos: carne asada con verduras cocidas, sopa de aperitivo y pastel de piña de postre. ¿Qué te parece, Jaeno-ah?

Jeno apartó la vista. Le pareció bastante tentadora la oferta, pero no pensaba hacer toda esa comida.

- ¿Por qué no duermes en tu cama? Cierra la puerta y ya está.

Muse (NoRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora