Capítulo 1.

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Miro por la ventana, esperando a que venga un principe azul, me tire piedrecitas a la ventana y nos fugemos para ser felices. Pero eso no pasa. Solo pasa en las novelas, o en las películas. Y sinceramente, estoy harta de escuchar milongas. ¿Por qué nos engañan? Nos hacen creer que existe alguien, destinado a hacernos felices, destinado a vivir contigo toda tu vida. ¡Pero nos engañan! Entonces nos deprimimos, pensamos que nunca nadie va a amarnos. Es cierto que algun día alguien lo hará, pero nos esforzamos en que ocurra ya, cuando nosotros queremos. Y eso solo ocurre cuando no lo buscas, cuando estas en las peores condiciones para quererlo o desearlo. Solo cuando no lo quieres, el amor te golpea en la cara.

Cuando mi madre murió, mi padre se refugió en el trabajo, ella era perfecta, lo de mis padres sí que era amor, habian pasado 18 años desde que yo habia nacido cuando ella murió, y en esos 18 años, habia visto como día a día, se querian más y eso no era una historia de novela, ni de película.

Mi padre, día tras día, iba a la cafeteria de delante de casa, y le traía el desayuno. No había dia, en esos 18 años, que no lo hubiera hecho. Incluso a veces ni se lo comía, pero él se lo traía. Siempre, sin condición alguna. Y estaba convencida, de que quería un amor como el de mis padres. Porque estaba segura, de que ese era mucho mejor que el de cualquier película o novela.

 í

Deje de mirar por la ventana, al sentir una lágrima caer por mi cara, el recuerdo de mi madre era reciente, apenas hacía 3 meses que ella dejo de brillar en la tierra, pero siempre lo haría, fuere donde fuere, ella lo haría.

Mi madre era sin duda, la mejor madre del mundo, pero el destino se la llevo, y se la llevo para siempre.

Me quite la lagrima de mi mejilla y sonreí.

Si lo pensais, somos unos egoistas, no hay que llorar cuando alguien muere, almenos desde mi punto de vista.

No lloramos porque aquella persona haya perdido su vida, no nos engañemos, lloramos porque ha dejado de formar parte de la nuestra.

Lloramos porque no le vamos a ver más, y eso es muy egoista.

Es cierto que no se puede evitar, porque duele, duele como si estubieran a punto de arrancarte el corazon, pero no podemos quedarnos para siempre en un llanto constante. La vida sigue, y con o sin aquella persona, tenemos que tirar para adelante..

Me acomodo el pelo detrás de la oreja, pensando en donde diablos estará mi padre a estas horas de la madrugada, son las 4, y aun no ha llegado. Normalmente, me duermo antes de que él llegue, pero esta vez no tengo sueño. Desbloqueo el telefono, y veo que tengo varios mensajes. Abro la aplicación, y me sorprendo al ver un mensaje de Will, el tipico amigo gay que todas las chicas quieren, porque creen que es divertido ir de compras con él, o pintarse las uñas. Bien, yo no hago todas esas chorradas con mi mejor amigo.

“Hey Sam, mañana he quedado con Connor y James, ¿te apuntas?”

Me apetecia en cantidad acudir a esa quedada, pero habia quedado con Brad, y no podía fallarle.

Os preguntareis donde aparecen mis super amigas en esta historia, bien, no tengo,pero no me niego a tenerlas en algun momento, se que me haran falta en ciertos puntos de mi vida. Pero prefiero juntarme con chicos, no es que sea una marimacho, quizas solo un poco, pero me divierto mucho más con ellos, ademas, el Skate gusta a muy poca chica, y jugar a la play tambien, aunque tengo un par de “conocida-casi amiga” en el skatepark de mi pueblo.

Shout Again |Tristan Evans| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora