Capítulo 2.

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Le dí un fuerte abrazo nada más verlo, era bastante cariñosa con quienes lo merecían, y él sin duda lo merecía.

-¿A dónde me llevas esta vez McVey?-Sonreí antes de ponerme las gafas de sol, que había cogido justo antes de salir de casa.

-Sorpresa-Se encogió de hombros y sonrió-

-Siempre acabas llevándome al mismo sitio cuando dices eso James-nos reímos-pero que conste que me encanta.

Me levante del suelo, me subí sobre el skate y empecé a deslizarme por las carreteras, con James a mi lado, en igual circunstancias.

Cuando llegamos a Duffin’s, entramos con los Skates en brazo, y nos sentamos en una mesa, pedimos unos batidos, y sin tener que esperar demasiado, nos los sirvieron,

Estuvimos hablando de varias cosas, la mayoría no tenían mucha importancia, pero me lo estaba pasando bien. Se hizo la hora de irnos al Skate, donde habíamos quedado con Connor y Will, así que, siendo el todo un caballero, pagó y nos fuimos.

Al llegar, estaban Connor, Will y Tris.

Les saludé a todos con un abrazo.

Me quede sentada en unos tubos extraños que habían fuera del recinto donde hacían piruetas todos.

Saque mi móvil y decidí llamar a Brad. Pero alguien interrumpió mis intenciones.

-Sam, vamos a ir a mi casa, ¿te apuntas?-Sonrió Tris.

-Claro, vamos-Me uní a ellos.

Bajamos un par de calles, antes de llegar a una inmensa casa, abrió la puerta dejándonos pasar, obligándonos a dejar los Skates en el patio.

Él fue a buscar algo de beber, y los demás se engancharon a la play, vale, me incluyo.

Jugamos a GTA un rato, hasta que Tris volvió con algo para beber.

Me senté en el sofá, y, caí rendida a los pocos minutos.

Fue extraño, pocas veces me dormía en casas ajenas, y menos de imprevisto, pero al despertarme ya no había nadie. Era temprano, no pasaban de las 9 de la mañana, y para ser un domingo, no estaba mal, así podría aprovechar el día. Me levante del sofá en el que me había quedado dormida y me desperecé.

Miré en la cocina, y no había nadie.

Sin preámbulos, decido coger mis cosas e irme. Mi casa se encuentra a unos 10 minutos en skate, así que no tardo en llegar.

Al abrir la puerta, el olor a pollo rustido me inunda las fosas nasales. Desde que mi madre murió, mi padre, sigue haciendo todo lo que hacíamos antes. Es cierto que casi siempre está trabajando, pero el domingo y el pollo rustido es sagrado aquí.

Subo hacia mi cuarto después de saludar a mi padre con un fuerte abrazo, y un interrogatorio sobre donde he pasado la noche.

Me pongo unos shorts de chándal, una camiseta de tirantes y me hago una coleta mal hecha.

Al bajar la mesa esta puesta, y mi padre esta sirviendo los platos, me siento a su lado y empezamos a comer.

Durante la comida, hablamos un poco sobre como va a ser la semana, me cuenta que el martes se va a una conferencia en España, asi que no volvera hasta el domingo pasado.

En parte es bueno, porque me da la oportunidad de empezar a ser del todo independiente, al menos durante casi una semana, pero por otro lado, no quiero quedarme sola. Supongo que llamare a los chicos, y con un poco de suerte, estarán aquí, casi las 24 horas del día.

Me alegra tener gente con la que contar siempre que los necesito. Y ellos nunca me han fallado. Cuando mi madre murió, ellos estuvieron en todo momento, y se lo agradezco mucho. Tengo tanto que agradecerles, que no encuentro momento ni palabras para hacerlo.

La tarde transcurre con tranquilidad, decido coger mi camara, e irme al lago que hay a las afueras del pueblo a sacar fotos, tengo fotos del lago a patadas, pero siempre me apetece sacar más. Es como si aquel lago me conectara con mi madre. Soliamos venir siempre que ella tuviera fiesta en el trabajo, y es un lugar especial para mi.

Paso alli gran parte de la tarde, hasta que anochece, luego vuelvo a casa, miro un rato AmericanHorrorStory, y me voy a la cama.

No es hasta las 2 que me duermo, ya que en uno de mis intentos de dormirme, recordé que tenia que poner el móvil a cargar, y desde hace dos horas, me encuentro hablando con Will, Brad y Tristan. Pongo el despertador a las 6 y media y finalmente me duermo.

Me despierto al oír “Drive” una cover de Ebony Day que tengo puesta como despertador. Me levanto de la cama y me desperezo, bajo hasta la cocina, me como una triste manzana, y subo a ducharme. Me visto con unos shorts negros esta vez, una camiseta blanca basica de manga corta, y esta vez, me pongo las convers blancas.

Me hago una coleta dejando mi larga y rubia cabellera a un lado de mi cabeza y me pongo un poco de rimmel en mis ojos. Nunca he sabido bien de que color los tengo, hay gente que cree que son verdes, y hay otra que cree que son azules. Salgo de casa y andando llego hasta la universidad.

Llego a la primera clase con 3 minutos de ventaja, me siento al lado de la ventana y saco los apuntes de la semana pasada.

Llega la profesora y todos nos ponemos a tomar apuntes de lo que dice.

Gracias a dios, las clases llegan a su fin, salgo de la clase de arte, que era la ultima que había tenido, y voy hacia la puerta, donde espero, como cada dia a James, pero esta vez, viene con Tris.

-Hey Sam, ¿te vienes a comer a mi casa?-Me grita James desde unos metros de distancia.

-Claro, mi padre no esta durante toda la semana-pongo una mueca triste-¿alguien me acoge en su casa?-bromeo

La distancia que hay hasta la casa de James, es relativamente corta, por suerte, él ya vive solo, y es totalmente independiente, aunque su madre, muchas veces, va a hacerle la colada.

Tris y yo nos sentamos en el sofá y encendemos la play, mientras James prepara unos macarrones con tomate.

Después de ganarle por goleada a Tris, jugando al FIFA, James nos llama para comer.

La comida transcurre con normalidad, pero con más risas de lo normal. Este chico anima el animo a cualquiera. Es realmente encantador tener a alguien con quien reír de tal manera.

Aprovecho que estoy en casa de James, y le pido ayuda con los pocos deberes que me han puesto hoy. El trimestre se acaba, y por ende el curso, voy bien en todas las materias,  pero flojeo en francés, y aunque tenga todos los exámenes aprobados, temo por suspender.

Al acabar, Tris se va a su casa, y me quedo con James viendo la tele. Ni si quiera me doy cuenta de lo que estoy viendo, porque aunque sean las 7 de la tarde, caigo rendida en el sofá. Otra vez.

Por suerte esta vez, me despierto antes de que haya pasado la noche entera. No sería la primera vez que duermo en casa de James, y he de añadir, que es cómodo dormir en su sofá. Me levanto y miro alrededor, James esta dormido en el sillón. Sonrío y le balanceo el brazo para que se despierte. Entreabre los ojos frunciendo el ceño y al darse cuenta de quien soy, vuelve a dormirse.

-James, voy a irme, son más de las diez, y mi padre estará preocupado-Me calzo los zapatos.

-Quédate, como tu has dicho es tarde, y no son horas para que una señorita como tu vaya por la calle-Se acurruca en el sillón.

-James, no tengo batería en el móvil, y mi padre debe estar preocupado-Bufo.

Se levanta de su cómoda posición, me coge como si de una princesa se tratara y me sube hasta su cuarto. Estallo a carcajadas hasta que me tira en su cama.

-He dicho que te quedes-Hace un puchero-Yo le envío un mensaje a tu padre-sonríe.

-¡Eres lo que no hay McVey!-grito cuando veo que desaparece de la habitación. Me levanto y voy a su armario, cojo una camiseta de Vans negra, y me dirijo hacia el baño, alli me quito mi ropa y me pongo la camiseta, que me va increíblemente grande. Me tumbo en la cama y me duermo al cabo de un rato.

Shout Again |Tristan Evans| TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora