La retorcida mente de Bakugou - KatsuDeku

4. Libreta de héroes

Dicen que algunas personas estarán unidas para siempre por el hilo rojo del destino, ¿podría ser que ellos dos...?

Después de que todos los alumnos comenten sus nombres de héroes y estos sean aprobados, la clase se convierte en algo completamente normal, llegando incluso a ser aburrida. Aizawa da la lección de matemáticas con un rostro que permanece impasible, tan monótono que parece que él mismo tiene sueño. Denki está a punto de dormirse y para evitarlo se da una pequeña descarga eléctrica a sí mismo; Kirishima habla de vez en cuando con Bakugou, aunque este se encuentra más extraño de lo habitual; Midoriya, como de costumbre, atiende y toma notas; una impresionable Uraraka mira a su compañero de asiento, casi embobada, y Mineta se centra en los pechos de Momo.

En uno de los descansos, Bakugou, que estuvo todo el tiempo inquieto, decide acercarse a Midoriya y molestarle. Uraraka se preocupa por lo que puede pasar cada vez que esos dos se acercan.

—Deku, inútil.

Para Katsuki, el verdadero significado de "Deku" es ese, y lo seguirá siendo. Al fin y al cabo, fue él quien comenzó a llamarlo así y se niega a que eso cambie.

—...¿Kacchan?

Midoriya siempre lo llama así, desde que eran unos críos, y probablemente a Katsuki no le molesta, porque si fuera ese el caso, se lo hubiera dicho hace mucho.

Se miran el uno al otro, hasta que Bakugou le quita la libreta a Midoriya. Son simples apuntes, pero en los laterales, al lado de las ecuaciones, se encuentran nombres y datos de algunos héroes. No ha cambiado en nada...

—¿Todavía sigues escribiendo estas cosas?

Midoriya intenta quitarle la libreta y se queja, pero Bakugou no pretende devolvérsela por el momento. Posa su mano en el pecho de Midoriya y lo separa de él.

—¡No lo mires!

De pronto, mientras pasaba las páginas, Bakugou se encuentra con algo que no se esperaba en absoluto: un pequeño dibujo de su rostro, junto con su traje de héroe y algunos de sus nuevos movimientos, incluso hay detalles suyos que creía que solo sabía él mismo.

—¿Qué significa esto?

La cara inexpresiva de Bakugo hace que Midoriya se preocupe sobremanera, porque ya sabe qué es lo que le espera. Mira la hoja y ve el dibujo y detalles de Kacchan, e inmediatamente sus mejillas toman un color rosado.

—Puedo explicarlo...

—¡EXPLÍCASELO A MI PUÑO, MALDITO ENANO!

Los demás compañeros miran la escena, y rápidamente Kirishima se pone en medio de los dos endureciendo su propio cuerpo para detener el golpe de Bakugou.

—¡Déjame!—Bakugou intenta quitar a Kirishima del medio, pero no hay manera.

—Ya le hiciste daño el otro día, ¿te acuerdas?

—¡No me impo....!

Antes de que termine su frase, Izuku aparta ligeramente a Kirishima y se pone delante de Katsuki: quiere arreglar las cosas cara a cara, ya no es el niño inútil que Kacchan piensa que es.

—Hago esto con todos los héroes a los que admiro, para saber sus puntos fuertes y débiles y superarlos algún día. Es mi manera de no quedarme atrás...

El rostro decidido de Izuku hace que Bakugou vuelva a un estado más o menos normal, aunque aún no se le ha pasado el cabreo.

—Me da igual, no pienses ni por un segundo que puedes venir y superarme como si nada. Espero que te quede claro.

Se gira y se va, ligeramente aturdido. Sabe que no podrá ser mejor que él nunca, pero algo le ha hecho ver que Midoriya no es quien era, que puede que sus palabras comiencen a surtir algún efecto.

En una esquina de la clase, todavía sentado en su pupitre, el misterioso Shouto contempla la escena. No es precisamente Katsuki quien ha llamado su atención, sino Midoriya, que parece cada día más decidido y seguro de sí mismo. Quizá deba fijarse en él más a menudo...