¿Tení cigarro?

CATORCE

—Bueno jovenes, mañana hay ensayo psu.—dijo la Directora reculiá.—Pueden venir con ropa de calle.

—¡EEEEEEEEH!.—gritaron todos los hueones de mis compañeros.

—¡BIEN CONCHATUMARE!.—gritó el Benja.

Núnca falta el ahueonao qué dice sendo garabato cuándo todos se callan.

—Gonzales, cuíde su lenguaje.—espetó choriá la Dire.

Y todos huebiaron al saco de hueas del Benja.

—Bueno cómo les decía, mañana pueden venir con ropa de calle.—nuevamente gritaron *huachos culiaos*—Pero salen en horario normal, eso quiere decir a las cuatro.

Todos comenzaron a silvar.

—Vieja conchatumare.—me susurró la Cami.—Qué me chupe la zorra bien chupá y qué de pasá me lama él chico.

La mona culiá ordinaria. Por eso la amo.

Después de esa hueá, seguímos con las clases normales. El día culiao pasó rajao, ya qué me dormí en casi todas las clases. Cuándo salía a recreo, veía al Nacho y me daban unas ganas de ir y cortarle la pichula, pero me aguantaba. Tenía un plan terrible cuatico y pulento para él.

Estaba entera loca. Si creía qué se podía burlar de mi él sángano culiao y salír así cómo si nada, estaba entero equivocao'.

Al siguente día dimos la cagá de ensayo psu, yo cacho que me fué cómo la corneta. Sobre todo en la de matemáticas.

Demás saco puntaje nacional y voy a desayunar con la presidenta, pero con la presidenta de la junta de vecinos.

—Ensayo culiao, me lo paseo.—dijo la Pollo.

—Me quiero puro i...—me interrumpieron, cómo siempre.

—Dani ¿podemo hablar?.—me preguntó el Nacho.

Perro culiao ¿con qué cara? Ganas de sacarte la chucha, me sobran. Pero tranquí, pronto haré algo qué te va a encantar.

—Yapo.—puse mi mejor cara de dame la pasá y lo seguí.

Llegamos a un lugar arrinconado, cerca de los baños. Súper romántico.

—Te perdono.—me sorprendió.

¿Te perdono? ¿me querí hueár? ¿te perdono? Conchatumare, tengo unas ganas de cagarme de la risa. Pero aguantaré, en memoria de mi disgnidad.

—¿En serio?.—me hice la hueona.—Menos mal, no sabía que hacer para que me perdonaras.—dije con sarcásmo. El que obviamente él tonto culiao no se dió cuenta.

—¿Te tinca que volvamos a estar igual a cómo estabamos ántes?.—me prenguntó.

—Obvio.—sonreí tiernamente.

—¿Querí ir a mi casa hoy a ver una película?.

¿Éste culiao cree qué nací ayer? Jura qué me compro esa hueá cómo todas las otras saco de hueás.

Conmigo no perrito.

—¿A qué hora?.—le pregunté.

—Después del colegio po.—me guiñó el ojo.—Mis papás están trabajando y no tengo hermanos, así que vamos a estar más cómodos.

No hueón, se merece un Óscar. Qué buen actor, las cagó. ¿Más cómodos? ¿me querí hueár? Pero qué hueá más usá por la rechucha.

Asentí en respuesta y él maldito madafaka se me lanzó, y me dió él sendo beso. Al principio quería empujarlo y mandarle una patá en los cocos, pero así se iría la chucha mi plan, así que no. Le seguí el juego no más.

Pero entre tanto beso culiao, me calenté brijido. Mi sapo quería qué puro me chantara la pichula.

No me juzgen, es dificil no sentír ni una hueá, cuándo todavía sientes hueás por él hueón.

Después de ese beso bien cachondo me fuí donde las cabras y les conté todas las hueás pasá a pichula qué me dijo.

—Tranquí cabras, tengo todo calculado.—me reí cómo maniática. Hasta yo me tuve miedo, hueón.

—Vo estaí loca. No sé cómo chucha tení tanta fuerza de voluntad para ésta hueá.—me dijo la Picol.

—Cuándo te hagan una hueá así, erís capaz de lo peor. Te volví una perra total. Me siento poderosa hueón, siento qué puedo hacer hueás tan perras y me va a importar un pico.—respondí lo más vía posible.

—Esa chora e' mi compañera.—me abrazó la Cami.

—Cami, voy a necesitar de tu ayuda.—achiné mis ojos.—Tengo una hueá planiá.

—Vo sabí qué podí contar conmigo, beibi.—me guiñó él ojo.

Lo que le espera a éste culiao.