¿Tení cigarro?

TRECE

Creditos a la zorruá culiá de la Nazaa_ria

Te sapo él chupo 😘

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—Que corra la hueá, po. Mona culiá.—dijo la Cami entera volá.

La Pollo le pasó el pito y después la Cami a mi, luego se lo pasé a la Picol y así sucesivamente. Pasamos toda la tarde en una placita piola, fumando y tomando.

Me puse a hablarle al Nacho por wasá. Una curá y volá hace tantas hueás.

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Yo: Daame la pasaaaaa!

Lovesito: ???

Yo: Pasaamw tu pack

Lovesito: Donde estai ?

Conchatupico. No me lo esperaba.

Yo: ...

Lovesito: Daniela ¿estai curá?

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—¿Con quién chucha estaí hablando?.—la maraca culiá de la Pollo mira mi celu.

Entera sapa, loco.

—¡ESTÁ CHATÍANDO CON ÉL HUEÓN DEL NACHO!.—grita y todas las culias se lanzan encíma mío.

—¡SALE, CONCHATUMARE!.—le mando un manotazo en el hocico a la Pollo.

—¡QUITENLE LA HUEÁ DE CELULAR! ¡AHORAAA!.—grita cómo orangután la Picol.

—¡No, po! ¡Quiero decirle qué lo amo!.—sollozo.

—Es por tu bien, sapa culiá.—me regaña la Pollo.

Me agarraron entre todas y me quitaron mi celu.

Chupenla.

Cuándo me sueltan, me levanto enojá y sin querer le pego una patá en él sapo a la Picol.

—¡Mi virginidad!.—grita dramaticamenete agarrandose él choro.

Todas nos cagámos de la risa.

—Sale pa' allá virgen al peo.—la empujé.

—Pero si soy virgen.

—Ya y él Nacho áma a la Dani.—dijo la Camila culiá con sarcasmo.

Culiá hiriente.

—Ya, y vo' con él Fabi no se están comiendo.—me piqué.

Puta la hueá ¿por qué salí tan impulsiva, por la rechucha?.

—¿QUÉÉÉÉÉ?.—gritaron al unísono, la Pollo y la Picol.

Nos pasamos toda esa tarde culiá hueando a la Camila con él Fabián. Se lo merece, por perra hiriente. Después nos fuímos al punto cero. Qué nosotras le decimos "punto G" y nos mandamos sendos completos.

—Quiero un especial sin pan, por fa.—dijo con cara de caliente la Cami.

—Ánda a comerle la pichula al Fabi, mejor será.—dije.

—Ándate a la conchatumare.—dijo enojá, pero sabía qué estaba huebiando. Nose enoja por hueás.

—¡Conchatumare!.—gritó la Picol tapandose la boca.

Me asusté brijido. Quizás sean mis papás y me vean toda volá. ¡NOOOOOOOOO!.

—Cabras, escondanse.—apuntó a un lugar más piola y todas nos fuímos para allá.

—¿Qué pasa hueona? Me estás asustando.—dije seria.

—Mira.—apuntó a una pareja y todas miramos cómo hueonas para allá.

Estaba en la rama. Todavía no entendía nada, ya qué a la pareja culiá no sé le veía la cara.

—No entiendo.—dijo rascandose el mate la Camila.

—Miren ahora, ahueonás.—respondió choriá la Picol.

Miré nuevamente y...

Mentira.

Estaba el Nacho con la hueona de la Andrea. Juntos. Tomados de la mano.

Mi corazón se detuvo por un momento culiao. No puede ser ésta hueá. Quería llorar, pero nicagando lo iba a hacer. No iba a llorar por un hueón qué no me merece.

—Dani...—me tocó el hombro la Camila, pero lo empujé.

—No quiero qué me tengai lastima. Me siento tan hueona.—me tapé la cara.

—Le voy a sacar la conchatu...—se levantó, pero la paré.

La culiá loca.

—No vale la pena el sángano culiao.—dije.—Deja que le chupe la zorra a la maraca de la Andrea no más. Él se pierde lo mejor.—le guiñé él ojo, para intentar calmarla.

—Pero...

—Vamonos, por fa.—suspiré.

Todas agarraron sus hueás y nos fuímos de allí sin ser vistas por los perros culiaos. Las cabras me dejaron en casa e insistieron en qué no me afecte ese culiao.

Pero es imposible la hueá po, no puedo.

Me acosté en mi cama y miré al techo ¿jugó conmigo? ¿quería qué sólo le prestara el chico y ya? ¿le gusta la maraca de la Andrea?.

—Ya, hueona.—me dije.—No vale la pena él cochino culiao.

Pichulas hay muchas en el mundo ¿y ponerme a sufrir por un culiao qué quizás hasta la tenga chica? Aonde la viste.