VEINTIUNO

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—NO PUEDO OLVIDAR TUS BESOS MOJADOS, Y LA FORMA EN QUE TU YO NOS DEVORAMOS. ESA NOCHE EN MI CUARTO...— meneé la raja y revolví el arroz.

Tenía la música terrible fuerte, mientras cocinaba alguna hueá para poder sobrevivír. No sé como conchatumare escuché que tocaron la puerta, y salí a sapiar quien era el sapo culiao que me estaba huebiando.

—Hola.— saludé a la vieja culiá que estaba en mi puerta con cara de falta de pico.

—Oye hueoncita, baja la música por favor.— me miró con cara de vía.

Me dió la hueá brijidamente ¿no me podía pedir la hueá sin tratarte así?  Que me chupe la zorra.

—¿Y por qué mejor no se va a la conchatumare?.— dije sonriendo. — Pero con respeto.— levanté los brazos.

—Cabra chica sin respeto. Voy a llamar a los carabineros.— me amenazó.

Vieja reconchatumare.

Chupe la que cuelga, chao. — le cerré la puerta en la cara.

Fuí a echar el cagón mientras el arroz se cocía. Cuando el primer mojón calló, el agüa me salpicó la raja. Me dió un poco de asco la hueá, pero me importó un pico y seguí cagando feliz de la vida.

—Listo.— dije y me limpié la raja.

Almorcé tranqui, hasta que la hueona de la Cami me llamó para decirme que venía en camino pa mi casa. Hoy no sabía que chucha íbamos a hacer, tenía ganas de carretear. Como siempre. 

Estaba con la Camila culiá acostá en la cama de mis papás viendo "sin filtro". La hueona se tiró el sendo peo, salí corriendo de la pieza antes de oler esa hueá asquerosa.

—Hija e' la maraca. Un amigo me habló y me invitó a su carrete ¿vamo?.— me preguntó mirando su cagá de celu.

Ojalá hayan los medios minos por la perra, necesito una dósis de pelación. Mi zorra me lo pide.

Dale po. — levanté mi pulgar.

Le rezo a la pachamama de que no esté ningún culiao que conozca. Quiero pelarme y necesito que nadie me conozca, o si no, mis planes se van a la chucha.

— Hoy me pelo.— le dije como si nada a la Cami.

— Cuando no.— dijo más sarcástica la maraca.

— Necesito que mi choro esté tranquilo y en paz. No quiero saber más del Nico ni del maricon Cecilio del Nacho.— solté todo.— Chao con esos saco e' hueas.

—Estoy en las mismas. — dijo triste.

¿Qué hueá le pasó?.

—¿Y el hijo de la escupe fuego del Fabián?.— junté mis cejas choriá.

—Ni ahí con ese feo culiao. — hizo una cara de desprecio más fea que la cresta.— Hoy me pelo, así que hoy tendrémos acción.

—¡Ya chuchetu!.— me motivé.

Dos minas, en un carrete, con ganas de pelarse, calientes. La pura zorra.
Llegamos al carrete culiao y estaba lleno de minos. Mi coneja se despertó de una.

— Me calenté.— le susurré al oído a la Cami culiá.

— Hoy pierdo la virginidad.— dijo seria.

Me cagué de la risa y le mandé sendo güate.

— ¡Saaaalta! Ella la virgen.— me burlé. — Si vo soy virgen,  entonces yo no amo el copete.

Me miró con cara de "eeeh, oka" hicimos nuestras típicas miradas de... Mira ese huachito rico. La hueona me guiñó él ojo y se acercó a un grupo de hueones. Yo no sabía que chucha hacer, así que la seguí.

— Hola.— saludé a los fletos culiaos.

Todos me saludaron devuelta, así que me puse en acción. Dani pelá mode on.

— Qué lindo tu gorro.— fué la primera hueá que se me ocurrió para entablar una conversación. — Está bacán.

— Lo compré en la feria.— me respondió.

— ¿Cómo te llamai? .— como ti te llama, yo no sé...

Nicolás.—¿Me estai hueando?.— ¿Y tú?.

—Petronila. — le dije esa hueá y me fuí.

¿Tenía qué llamarse Nicolás?  ¿No podía llamarse, no sé... Petronilo o Mamerto?. Sería mucho mejor.

Saqué un pucho y me lo fumé. Estaba aburrida, la Cami andaba pelandose y yo aquí. Sóla, solín, sólita. Alguien me tocó el hombro y me giré.

—¿Querí bailar?.— me sonrió coqueto el perquín culiao.

No me quedaba de otra que decirle que si po. Igual estaba papo, así qur quizás tenga acción hoy.

—¿Erí de por aquí?.— me gritó en el oído por la música culiá que estaba más fuerte que la cresta.

—Si.— respondí.

—¿Y cómo te llamai?.— me miró.

Nica le iba a decir mi nombre de verdá, silo me lo quería comer.

— Fernanda ¿y tú?.— le sonreí.

—Ignacio, pero me podí decir Nacho.

Ándate a la conchatumare.

¿Tení cigarro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora