Capitulo 17

986 79 5
                                    

Luego volvieron a la dolorosa rutina.

A Scott lo seguían torturando con cuchillos, acónito y máquinas de electrochoques. Con Isaac era lo mismo, la misma rutina, no cambiaba nada. Bueno, solo una cosa, que le ponían el video de su hijo muriendo una y otra vez. Mark lo violaba sin compasión, ni un poquito de humanidad, mientas Isaac lloraba al ver a su hijo cayendo, sin vida.
Y eso era todos los días.

Un día, Scott intentaba no acordarse del dolor que inundaba su corazón, pensando en cómo había llegado ahí. Y más específicamente, que había hecho para merecer todo este sufrimiento. Pero no llegaba a ninguna parte.

Escuchó la puerta abrirse y se preparó para volver a ser torturado. Pero al levantar la vista vio a su prometido, con un cuchillo amenazando a cortarle la garganta, además de que una gota de acónito se escurría por aquella cosa filosa.

- No contacto, solo palabras - dijo Cedric señalando a Scott con el cuchillo- O te quedas sin prometido.

Se  acercó hasta Scott y le quitó las cadenas, dejando ver las marcas ensangrentadas que provocó el esfuerzo de intentar escapar, que siempre era inútil.

Así que ahí estaban los dos, frente a frente, sin la oportunidad de tocarse, de abrazarse, de besarse.

- Te amo- fue lo único pudo articular Scott, viéndose bañado en lágrimas- Y en serio, gracias por todo, por darme una familia, por muy rara que haya sido, por darme amor, aunque fue limitado, fue suficiente, por darme la oportunidad de al menos, ser tu prometido, pero créeme que el día de nuestra boda algún día llegara. Te lo prometo. Simplemente- soltó un sollozo- Te amo. Y quiero que siempre lo tengas presente. Te amo, Isaac Lahey.

- Yo también te amo, Scott McCall. Y agradezco esa noche de locura, por qué nos dio un hijo, que yo sé que nos esta cuidando desde allá arriba. Nos está viendo, y está feliz. Ahora será nuestro ángel guardián. ¿Me entiendes? Ya está bien, no hay que llorar por él, por qué ya no está sufriendo. Sin embargo, nosotros seguimos aquí, pero lo único que me motiva a seguir, eres tú, Scott. No te podría dejar por nada del mundo, ni aunque me obligaran. Eres tú, maldita sea. Te amo- De repente, Isaac se derrumbó, se arrodilló y se cubrió el rostro con sus manos, de donde se resbalaban sus lágrimas.

Todo sucedió demasiado rápido.

- Lo siento- dijo Isaac antes de levantarse y de tomar el rostro de su prometido en sus manos y juntar sus labios con los de Scott. Sus labios se movían al compás, y todas esas emociones que se habían guardado dese hace varias semanas, afloraron con ese beso, y cada uno se transmitió exactamente lo que sentía.

Scott simplemente sintió un impacto de electrochoque en su espalda. Su cuerpo respondió y sus garras salieron. Luego, otras manos lo tomaron fuertemente de los antebrazos, tanto que no los podía mover. No abrió los ojos.

Diego agarró una barra de metal y la impacto contra la espalda de Isaac.

Scott escuchó un impacto y un hueso romperse, para después escucharse como un cuerpo se estrellaba contra sus garras, y rasgaba piel. Por fin abrió los ojos, y vio a Isaac, todo ensangrentado de su propia sangre, la cual salía de las heridas que habían provocado sus garras.

Scott miró horrorizado sus manos llenas de la sangre de su prometido con los ojos cristalizados. Comenzó a llorar mientras Mark y Diego lo jalaban hasta las cadenas y las esposas, él no se opuso y se dejó llevar mientras sollozaba.

Sentía ese vacío en su pecho, el vacío que dejó Isaac, el vacío que dejó Gabriel. Ya no sentía nada, sin ellos no era nada, puede que suene exagerado pero era la verdad. Sin su familia no era nada.

La verdad ya no le importaba si la manada lo rescataba, ya no sería el mismo. Ya no quería que la manada lo rescatara, sufriría más. Con los recuerdos de su prometido e hijo.

My Wolf, My Everything [scisaac]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora