Nuestra primera cita fue maravillosa. Me dijiste que por el momento no querías que nadie se enterase de que nos estábamos conociendo. Mucho menos ella, se volvería loca.
Le contesté que no había ningún problema, pues quería que siguiese siendo mi amiga.
Estuvimos en tu casa durante toda la tarde. Hablamos de temas que nos interesaban a ambos. Te preocupabas mucho por mí y mi opinión.
Nos reímos mucho y acabamos juntos, hombro con hombro.
Me besaste. Y juro que fue el beso más bonito.
ESTÁS LEYENDO
Cartas para él
Short StoryTreinta y nueve cartas para el que parecía el amor de su vida.