Él no quería dejarme sola contigo cuando te volviste loco al verlo. Se lo supliqué y salió a dar un paseo. Necesitaba que te calmases.
Gritabas a la vez que yo te pedía disculpas por haberte fallado. Tú parecías no oír mis lamentos y me dijiste que había fallado a mi promesa. Pero yo no le había besado.
No debí gritarte, lo sé. Chillé que era mi amigo y que no iba a dejar que me separases de él otra vez.
Aquello te hirió más de lo que yo creía.
Me golpeaste por primera vez en la cara.
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Cartas para él
Short StoryTreinta y nueve cartas para el que parecía el amor de su vida.