Desde aquel día te llamé todas las noches. Nunca contestabas.
Dejé de hablar con mi mejor amigo. Él intentaba llamarme. No me atrevía a contestarle.
Me diría que debía dejarte y no quería hacer eso por nada del mundo. Lo nuestro era bonito, nos queríamos y era mi culpa hacerte enfadar. No eras así en realidad, el alcohol te afectó.
Mi madre empezó a preguntarme por qué había tirado la comida a la basura. No tenía ganas de comer.
No hasta que supiese algo de ti.
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Cartas para él
Short StoryTreinta y nueve cartas para el que parecía el amor de su vida.