"Feliz Navidad"

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Capítulo 7



—Un poco más a la derecha.

—¿Ahí?

—No, más.

—¿Ahora?

—No...¡un poquito más!

—Si sigo así me voy a caer...

—Que no...venga, ya está casi. ¡Tú puedes SUPER Alex!

—Sí sí lo que tú digas Aless, pero la próxima la cuelgas tú —dije colocando por fin aquella dichosa guirnalda dorada que Aless se había empeñado en poner en el techo que sobresalía de la segunda planta del restaurante.

La Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Faltaban solo dos semanas para que Santa Claus llegara a la ciudad cargado de regalos para nuestros seres queridos. Así era como lo seguía creyendo mi sobrina y como quería que siguiera haciéndolo. Por nada del mundo quería que Aitana dejara de creer en la magia y el espíritu de la Navidad. Al menos, no tan pronto. Obviamente, yo era su Mamá Noel y aquel año, prometía ser uno de los mejores. Por fin podría comprarle un montón de regalos sin escatimar en gastos y por ello, estaba realmente emocionada.

Puede ser que por ese motivo, por mi más que evidente entusiasmo ante la llegada de dicha festividad, Aless se aprovechara de mi aquella mañana para decorar el restaurante con miles de motivos navideños Y digo miles porque más, era imposible que cupieran en la Casa di Mamma Luisa.

—¿Falto algo más? —pregunté bajando de la escalera.

—Estas luces baby —dijo Aless engalanado con aquellas luces alrededor de su cuello mientras intentaba desenredar otras.

—Vaaaale, pero esas y ya —dije firmemente.

Había de todo. Guirnaldas de todos los colores, plantas rojas típicas de aquella época, velas -plateadas, blancas y rojas-, lazos rojos y verdes atados a las sillas, piñas, ángeles, bolas colgando del techo, muñecos de Santa Claus así como renos, bastones rojos y blancos, botas rojas y verdes colgadas de la balaustrada del segundo piso y, por supuesto, luces navideñas de todos los colores. Tan solo nos faltaba el árbol. Y, en aquel preciso instante, entró por la puerta principal del restaurante.

—¡¡Ugh!! ¡¡AIUTO!! ¡¡¡Esto pesa un chingo!!! —exclamó Elettra mientras arrastraba un gran abeto.

—¡Voy! —exclamé dejando las luces a un lado. Aless también dejó las suyas y me siguió.

—Pero gatita, ¿de dónde has sacado este SUPER árbol? Es una pasada baby.

—Mejor no preguntes —dijo Elettra mientras entrábamos el abeto al restaurante.

—No sabia que lo ibas a traer tú —comentó Aless.

—Sí, Alex me mandó un mensaje y es lo mínimo que podía hacer después de que os hayáis encargado de todo lo demás —dijo Elettra. Yo no abrí la boca, solo me concentré en poner de pie el árbol a pesar de la miradita que me echó Aless.

—Wow, es precioso —dije cuando lo acomodamos sobre su base. —Por cierto, gracias. Compramos de todo pero se nos olvidó lo más importante —dije avergonzada recolocándome el pelo.

—No hay de qué —me contestó Elettra. —Bueno me cambio y os ayudo a decorarlo, ¿dale? —exclamó yendo hacia la cocina y yo me quedé embobada viendo su partida.

A fuego lento - Blumettra (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora