A fuego lento - Blumettra (AU)

"Por y para siempre"

Capítulo 23

Tres meses después.

«Bon dia Barcelona! Benvinguts a La veu del Poble! Ja estem en decembre, ja es temps de Nadal i per açò abans d'anar amb tota l'actualitat informativa, començarem el programa amb una de les cançons nadalenques més boniques...Rockin' Around the Christmas Tree de Brenda Lee».

«Rockin' around the Christmas tree

At the Christmas party hop

Mistletoe hung where you can see

Every couple tries to stop

Rockin' around the Christmas tree

Let the Christmas spirit ring

Later we'll have some pumpkin pie

And we'll do some caroling...»

—You will get a sentimental feeling when you hear, voices singing, let's be jolly, deck —canturreé mientras tambolireaba los dedos en el volante haciendo la pausa que requería la canción—....the halls with boughs of holly.

Hacía tiempo que no me sentía tan bien. Tenía ganas de cantar, de bailar y de reír hasta decir basta y sin duda, aquella canción me invitaba a ello. Volver de nuevo a Barcelona había sido un bálsamo para mí, tanto para mi cuerpo como para mi mente y por fin, podía decir que estaba saliendo del bache; al menos en lo que atañía al terreno personal ya que por otra parte, el ámbito profesional era muy mejorable.

A pesar de haber estado buscando trabajo en restaurantes que me supusieran un desafío y me permitieran continuar formándome y creciendo como chef, fue misión imposible encontrar nada. En todos aquellos sitios en los que había entrado a dejar mi currículum, me pedían un título homologado en España para poder ejercer la profesión. Y claro, como no tenía ninguno de ese nivel, solo algunos cursos, ni siquiera se molestaron en hacerme una prueba. Aquellas negativas no me hicieron bajar los brazos, al contrario. Todos los rechazos me animaron a apuntarme a una escuela de cocina para conseguir el título que me permitiera ejercer mi profesión. Pero hasta entonces y como la matrícula y las mensualidades no eran precisamente baratas, tuve que conformarme con lo que yo llamaba un trabajo "de paso". Un curro en el que no me veía toda la vida -no me llenaba tomar pedidos y hacer tacos y burritos— pero que al menos me daba para sobrevivir y pagar mis gastos.

El siguiente paso que iba a dar en mi recién estrenada nueva vida era encontrar un piso de alquiler. Si bien era cierto que estaba como una reina en casa de mi tía con mi abuela, prima y sobrina, quería recuperar mi independencia. La libertad de no depender de nada ni de nadie y disfrutar de mi propio espacio era cada vez más urgente. Por ese motivo, había quedado con la chica de la inmobiliaria para que me enseñara dos pisos que se acercaban a lo que quería: un lugar pequeño, luminoso y cerca del mar.

Aparqué el coche y me dirigí a la primera dirección donde había quedado con la agente. Ángela o "Angie" —como ella había insistido en que la llamara— era una chica de unos treinta años, de tez morena y pelo negro. Muy amablemente, me enseñó el primer piso situado en el barrio de la Barceloneta. A primera vista me gustó bastante; su ubicación y luminosidad encajaban en lo que buscaba.

—...y esta es la habitación principal —dijo Angie entrando en la estancia.

—¿No tiene baño, no?

—No, solo tienes el que está fuera.

—Entiendo —dije observando el habitáculo. «A Elettra le daría un patatús si viera que no tiene baño» pensé y de inmediato cerré los ojos fuertemente, regañándome a mí misma.