08:36
Arnold abre despacio los ojos. Está harto de dormir, pero tiene sueño. Una sensación muy extraña, pero real. Observa su alrededor. Ya no llueve. Bill está cortando madera cerca de él con un hacha.
— ¿Es el hacha con la que mataron a Emma? —pregunta desperezándose.
— Así es —responde sin siquiera mirarle—. Nos será de utilidad, tanto para defendernos como para trabajar recursos. Vengaremos su muerte.
Arnold asiente con la cabeza y se asoma a la cabaña. Sólo hay dos heridos. Entonces una mano se posa en su hombro. Él se gira sobresaltado y se encuentra con Kristen.
— Gracias por haberme ayudado tras el accidente.
— No hay de qué. ¿Qué tal estás?
— Bueno —titubea ella, señalando el vendaje improvisado de su muslo derecho.
— Seguro que te recuperarás pronto —sonríe él.
Kristen le devuelve la sonrisa, pero de pronto vuelve a ponerse seria.
— Me han contado lo que ha pasado con Emma...
— Aquí está pasando algo raro. Y vamos a descubrirlo; así que no te preocupes.
— Vale. Pero no me fío de nadie, ni siquiera del todo de ti.
— Es normal. Yo tampoco me fío de nadie.
— Pero sobretodo de ella —señala a Erin, que está en la playa.
— ¿Por qué?
— No sé. Intuición, quizás. Pero sé que miente en algo.
Arnold arruga la frente.
— Voy a coger recursos. Será mejor que comas algo.
Kristen se va, bajo la atenta mirada de Arnold.
En la playa, Erin intenta pescar un pez con la lanza de Bill. Espera paciente y, cuando está lo bastante cerca de la orilla como para poder acertar, lanza el arma contra el animal. Pero falla, y el pez se aleja del lugar rápidamente. Erin se mete en el mar hasta que alcanza la lanza, dónde el nivel del agua le llega hasta las rodillas. Mientras está saliendo, alguien le dice.
— A la próxima enganchas una cuerda al lado no punzante de la lanza —la castaña levanta la mirada y se encuentra con Carl, el copiloto, en la orilla—. Es arena lo que hay bajo el agua; no se clava con fuerza. Así, tirando un poco de la cuerda, recogerás la lanza sin necesidad de ir a por ella.
— Gracias, tomaré en cuenta tu consejo —responde colocándose a su lado—. Carl, ¿no?
Erin sabe perfectamente que se llama Carl. Pero nadie ha conseguido encadenar más de dos palabras seguidas con él; así que debe romper el hielo.
— Sí. Tú eres Erin, por lo que he oído.
— Sí —se ríe suavemente.
— Bonito nombre —Carl sonríe y hace el gesto de marcharse.
— Carl, ¿puedo hacerte una pregunta?
Carl suspira profundamente. Erin lo mira de arriba abajo. Es moreno de piel y de pelo liso y oscuro, ojos verdes. Lleva el uniforme de copiloto; aunque un poco desgastado, roto y sucio.
— Sé lo que vas a preguntar —Erin, con la palabra en la boca, asiente y se cruza de brazos—. Sé que no tenéis por qué creerme, que pensaréis que estoy loco o algo pero... lo que pasó ahí arriba no fue normal. El control del avión no lo llevábamos nosotros; era como si... como si una fuerza nos colocase para volar cerca de la isla e impactar en ella. No sé cómo explicarlo, pero no fue nuestra culpa. De eso estoy seguro.
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Tanatofobia [LI #2]
TerrorTras los acontecimientos sucedidos en la isla con el grupo de trece supervivientes del accidente de avión, otros trece supervivientes llegan a la isla. Él tiene sed, sed de sangre, y no parará hasta saciarla. Y ellos, los trece recién llegados, no...