NO TEMAS.

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22:43

— ¿Arnold?  

El susodicho levanta la cabeza y se encuentra con Travis, de pie, mirándolo.

— Perseguí al asesino...—se explica él, a duras penas.

— Tranquilo, yo también...

— ¿Lo atrapaste?

— No. ¿Tú?

— Tampoco.

Travis se sienta a su lado.

— ¿Qué... qué ha hecho? —Travis realiza la pregunta con miedo, como si tuviese que saber la respuesta pero no quisiese.

— Ruth...—musita Arnold.

Travis suelta el aire. Su estómago ruge.

— No debí haberla dejado sola...—piensa en voz alta, mientras el llanto lo consume despacio.

Se tumba junto a Arnold, llenándose de fango y hojas.

El día cae en el campamento. Kristen y Jessie están sentadas al lado del lugar donde el cuerpo de Ruth ha sido enterrado. Durante la noche habían tenido un acalorado y destructivo debate donde Russell acusaba a Tony y al desaparecido Arnold de asesinos desde un principio, y culpaba a Kristen por encubrirlos. Ella había perdido los papeles explicando lo que había visto una y otra vez y había acabado encarándose con Lydia, que la tachaba de cobarde y mentirosa, y que solamente hacía lo que hacía porque tenía un pacto con los asesinos para salvaguardar su vida. Carl había tenido que separar a Tony y a Russell, que a punto habían estado de empezar una pelea física donde claramente el pelirrojo hubiese resultado el más malparado, y el copiloto se había llevado al policía mientras que Bill había hecho lo propio con el arquitecto. Así Lydia, a solas, canalizaba su ira en la cabaña. Jessie, tras despertar de su no muy profundo y corto sueño, ha preferido apoyar a Kristen porque la ha visto realmente traumatizada. Ahora, la de piel tostada se anima a preguntarle.

— Es cierto lo que has contado, ¿verdad? No estás siendo amenazada ni nada por el estilo... ¿no?

La morena la mira a los ojos.

— Yo no mentiría en una cosa así. Hay un asesino aquí que nos está exterminando... tenemos que darle caza antes de que él nos la dé a nosotros. 

Jessie siente una profunda sinceridad y decisión en sus palabras.

— Te prometo que haré lo posible.

— Mientras ese par de dos no abran los ojos, no haremos nada.

— Llevas razón. Russell y Lydia están empezando a ser un problema...  

De pronto aparecen entre los árboles los rostros sucios y demacrados de Arnold y Travis.

— Ay, Dios...—Jessie se pone en pie en seguida y Kristen la sigue.

En apenas unos minutos se encuentran los nueve en la playa, guardando silencio a la espera de las explicaciones de los recién llegados.

— Arnold dice la verdad. Tony no es culpable. He visto con mis propios ojos al asesino.

— ¿También te han lavado el cerebro? Dime, ¿cuánto te ofrecen? —pregunta Russell con tono despectivo.

— ¡Oh, venga ya!—se desespera Kristen.

—  Escuchad, cuanto antes lo comprendáis mejor. Hay un hombre en esta isla que nos está asesinando poco a poco. Tony ha estado allí, en su casa. Tenemos que ir y darle caza—propone Arnold.

— ¿Y el fuerte que teníamos que montar? —recuerda Lydia.

— ¡¿Qué importa el fuerte ahora?! ¡Nos matará igualmente!—explica Travis. 

Tanatofobia [LI #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora