NO TEMA.

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20:37

Travis cruza la lluvia y le pone el chaquetón por los hombros a la joven. Ella ni se inmuta, pero sigue temblando. Él se sienta a su lado.

- Creo que deberías ponerte bajo techo -le dice después de unos largos instantes de silencio.

- No me hace falta -responde ella con la voz tan temblorosa como el cuerpo.

- ¿Segura?

- Sí. Aunque... gracias por el abrigo.

- Pensé que lo necesitarías.

Ruth mira fijamente el suelo.

- Nunca me han gustado las noches de lluvia...

- Ya -responde Travis-. A mi tampoco. A mi hermano, en cambio, le encantaba dormirse con el sonido de la lluvia chocando contra el techo.

Se queda mirando a un punto fijo, recordando nostálgicamente a su hermano muerto. De pronto, unas hojas se mueven en el arbusto que hay en este punto fijo. Travis frunce el ceño.

- ¿Pero qué...?

De repente puede reconocer un ojo tras las hojas.

- ¡Eh!

Travis corre hacia el arbusto, del cual sale corriendo alguien. Ruth se pone en pie, pero no es capaz de moverse del sitio. La persecución ha dado comienzo. Travis aprieta la lanza con fuerza mientras esquiva árboles sin descanso, tras la figura que le saca una ventaja considerable. Teme perderla de vista, así que acelera. De pronto, tropieza con una rama y cae de bruces en barro y tierra mojada. Cuando levanta la cabeza, ya no hay rastro del fugitivo. Travis maldice entre dientes mientras se levanta poco a poco.

Kristen se ha tumbado sobre un montón de ropa y se ha echado una chaqueta por encima. Piensa quedarse ahí toda la noche, reflexionando sobre todo y sobre nada. Arnold está cerca de ella, intentando hacer una pequeña hoguera.

- No hace falta.

- Quizás, pero debo practicar -sonríe él, trasteando con los palos.

La lluvia se intensifica por momentos. De pronto escuchan un sonido tras ellos. Proviene del avión, pero un poco más atrás.

- ¿Qué ha sido eso? -pregunta Kristen.

Arnold alarga el brazo hasta dar con la lanza. Se acerca despacio al lugar del que proviene el ruido. Conforme avanza, se cerciora de que allí hay alguien. Más cuando ve una sombra agachada rebuscando entre las maletas y los asientos. Kristen, ya levantada de su cama improvisada, lo observa atónita. Arnold se acerca despacio hasta tenerla lo suficientemente cerca como para abalanzarse sobre ella. La figura cae al suelo y Arnold le pone la punta de la lanza en el cuello.

Russell y Lydia continúan hablando como los líderes del grupo y los salvadores del planeta Tierra. Bill se está poniendo de los nervios. No está contra ellos, pero tampoco va a seguirlos cual perro faldero.

- Seguro que ese policía con humos de perfección es el que está detrás de estas muertes...

- Y Erin seguro que tiene algo que ver. Es manera de atacarme... es porque esconde algo.

- Sí, y...

- Ya está bien -ordena Bill a ambos-. ¿No os dais cuenta que creando grupos y peleando entre vosotros jamás descubriremos quién es el asesino?

Ambos lo miran, sin saber qué decir.

- Además -se aventura el viejo-, nadie nos asegura que el asesino sea uno de nosotros. Esta isla es demasiado grande para que seamos los únicos...

Tanatofobia [LI #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora