Frente a ti.

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El recuerdo de mi cumpleaños
número diez quedó plasmado en lindas fotografías tomadas por nuestro tutor Lee. Aquella noche estuvo llena de sorpresas, no solo recibí el delicioso pastel de cumpleaños hecho por mamá Cami también recibí un dibujo de Ironman, mi superhéroe favorito, por parte de Hongbin. Una vez que todos en el comedor tuvimos nuestra pieza de pastel, uno a uno de los presentes nombraron los mensajes de buenos deseos para mí. Incluso ese recuerdo fue guardado en una fotografía, en la cuál se ve a Namjoon de pie frente a la mesa y sus manos en la misma posición que él utiliza cuando expone en clases.

Esos lindos momentos están guardados en el pequeño álbum azul que hice en la clase de manualidades.
La portada fue decorada con los dibujos que he hecho desde que llegué aquí. Cada vez que es la hora de ir a la cama, antes de hacerlo, veo las imágenes con el fin de soñar con esa agradable noche una vez más.

Los días transcurrieron más rápido de lo que imaginé, finalmente tengo diez años. No me siento tan diferente como pensé, pero Nam dice que mi estatura aumento, a pesar se que él sigue siendo más alto que yo. Incluso Wook dijo que soy más veloz que antes y que las carreras conmigo ya no eran divertidas porque siempre le ganaba.

De lo que sí estoy seguro es que mi manera de dibujar ha mejorado, mis técnicas han dado una gran salto de cinco escalones. Y no solo lo digo porque yo lo crea, he recibido las felicitaciones por parte de mi maestra de arte y del número uno de la clase, Tony. También he descubierto que me he encariñado un montón con un cachorro que visito los fines de semana.
Su dueña es la señora Akemi, la conocí el día que vino a adoptar a Jun, uno de mis amigos. Para no alejarnos del todo, señora Akemi me pidió que los visité cuando deseé, además su casa está a solo unas cuadras de aquí, junto a la juguetería que tanto me gusta observar antes de volver.

Me encantaría tener mi propio cachorro algún día, cuidar de él, llevarlo a unas caminatas por el vecindario y jugar juntos todas las tardes. Lamentablemente en nuestro albergue están prohibidas las mascotas, así que mi futuro perrito deberá esperar.

Por el momento sigo teniendo a mi amigo inseparable, Pachoncito. Aunque es solo un peluche, siempre me divierto con el, sobre todo cuando juego a los titeres en las obras que montamos y mi peluche también es parte de la historia. Se ha ganado el amor de todos.

Otro de mis pasatiempos favoritos es leer. El libro que siempre me ha acompañado en la mochila, el de cuentos con imagenes de animales, está guardado en la pequeña estantería de mi habitación que alberga muchos cuentos más. Son tantas las veces que lo he leído que podría contar la historia sin problemas. Y justamente eso hago.

El grupo de los pequeños del albergue, conformado por niños de 3 a 5 años, vienen los sábados en las tardes para que les relate una nueva aventura. Me recuerda tanto a mí en el pasado.

Uno de los temas que no me gusta tocar a parte de las historias de fantasma, es justamente eso, mi pasado. Me entristece mucho el pensar en aquellas tardes dónde mamá me tomaba de la mano y caminábamos juntos hacia diferentes destinos.

Ella no ha regresado.

En algunas pláticas con mi mejor amigo se hace presente la siguiente cuestión: ¿Piensas que ella va a volver algún día?
Y con nostálgica muevo mi cabeza de izquierda a derecha. Dejé de lado aquella esperanza cuando supe que el tiempo se había ido junto a ella y no puedo hacer algo al respecto.

— ¿Vas a ir a la casa de Jun? —Preguntó Nam desde el escritorio, logrando interrumpir mis pensamientos.

Frente a él tiene cuatro libros de historia y dos de biología, está estudiando para los exámenes finales. La escuela media es otro mundo, fue la frase de Nam cuando regresó a nuestro hogar. El albergue solo tiene la enseñanza inicial y la primaria, por lo que los mayores van a la escuela pública que está en el centro de la ciudad.

La mejor tarde de fútbol ⚽(Jinkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora