¿Por qué?

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La hermosa ciudad de Seúl produjo felicidad inmediata en mí, las calles se mantenían igual a como las recuerdo hace unos años, llenas de tranquilidad y armonía.

En el momento que mamá dijo que regresaríamos a la capital y que podría estudiar ahí, hice de todo. Salté sobre los sillones sin escuchar alguna queja ya que papá no estaba, corrí por toda la casa, incluyendo el cuarto de abuelita Zoyl quien al verme eufórico,  sonrió. Cargué a mi gatito Eggi y lo llevé a la casita de árbol para alimentarlo con esas galletitas que tanto le gustan. Luego alisté mis maletas tal como mamá ordenó, después cenamos junto a algunos amigos cercanos de la familia como despedida y al caer la noche mamá me arropó bajo los edredones y depositó un dulce beso en mi frente. El último beso en Busan.

Al llegar a Seúl nos hospedamos en un pequeño hotel debido a que la nueva casa aún está en trámites. Luego de desempacar nuestras pertenencias, salimos a comer al restaurante que siempre frecuentábamos cuando vivíamos aquí, al terminar el delicioso platillo de Bibimbap le pedí a mamá si podíamos comprarle un regalo a Jin, no quería volver con las manos vacías. Ella aceptó la propuesta y fuimos en marcha hacia una juguetería cercana. Mi vista se posó sobre los patines que estaban junto a la vitrina, al levantar la mirada observé un rostro familiar y salí de inmediato a comprobar si en verdad era quien pensaba.

— ¿Jungkook? —Cuestioné con cierto tono de duda en mi voz. El niño frente a mí se tomó unos segundos antes de girar.

— J-Jimin... —Su voz tembló al pronunciar mi nombre, a pesar de eso, me acerqué a saludarlo.

— Que gusto volverte a ver, Kook. ¿Cómo has estado?

— H-he estado bien. —Nuevamente un leve temblor se apoderó de su voz y su mirada empezó a recorrer el lugar.

— Veo que estás más tímido que antes. —Sonreí ante ello, pero él no lo hizo.

Al quedarnos en silencio, recordé algo que hizo que me sienta igual de nervioso que Jungkook. Si él está aquí en la juguetería, quiere decir que Jin está cerca y aún no tengo su regalo listo. Pese a que intente correr a escoger un juguete al azar, estoy seguro que Jungkook le contará a Jin que me vio y habló conmigo, y eso no me dará tiempo para alistar el obsequio. En consecuencia dejé de lado mi objetivo y continué con la conversación para esperar a que mi primo se acerque a nosotros.

— ¿Han venido con tía Amy? — Pregunté para romper el silencio. De seguro mamá ya se encontró con ella y están conversando en la tienda.

Otra vez el silencio reinó en el lugar y no solo eso, el pequeño frunció el ceño con aspecto melancólico.

— ¿No han venido con ella? —Cuestioné nuevamente intentando sacar una respuesta de sus labios.

— E-estoy solo. —Respondió en tono bajo y pude percibir nostalgia en su rostro aunque no quiera mirarme de frente.

¿Solo? ¡Solo! Quiere decir que salió sin permiso, ¿acaso no sabe que los niños no deben salir sin la autorización de los mayores?

— ¿Por qué has salido sin Jin? ¿Dónde está Jin?

El ambiente se tornó más cargado que antes luego de esa pregunta, la respiración de Jungkook se hizo más lenta y se abrazó a sí mismo.

— No lo sé, y-yo... —Y su voz se apagó en ese instante dejando la frase incompleta. Me acerqué aún más, cogí su rostro suavemente entre mis manos y lo levanté para saber que sucedía con él.

Una lágrima rodó sobre su mejilla derecha.

Mi corazón se comprimió al verlo en ese estado, su expresión hizo que recuerde el día en que lo encontramos en el parque.

La mejor tarde de fútbol ⚽(Jinkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora