– ¡Ya me voy a clases! – Anunció la ojiazul bajando las escaleras de la casa para salir por la panadería.
– Por favor, dile a Demian que en la noche estará su pedido. – Suplicó su madre.
– Gracias señora Cheng. – Agradeció el mencionado desde el auto.
A pesar de que se habían librado de la chismosa italiana, Marinette no había regresado con Adrien no importándole las insistencias de este para que regresaran a vivir juntos. Tampoco habían continuado con su romance, pues para la muchacha ese había sido un golpe demasiado bajo a lo que se supone que sentían el uno por el otro.
Necesitaban limar asperezas, además de hablar a profundidad de que es lo que sucedería a partir de su posible nueva relación.
Por otro lado, el acuerdo con Gabriel Agreste seguía vigente, ahora veía que ella no era cualquier mujer pues sabía cuidarse sola y contaba con excelentes personas que podían formar una red de negocios ideal para sobresalir en cada uno de sus rubros. Ella continuaba con su beca otorgada personalmente por el hombre e igualmente su guardaespaldas seguiría a su disposición. Y bueno... La invitación a regresar a la mansión siempre estaba presente, después de todo todos la extrañaban en aquel sitio.
El hombre mayor había hasta mencionado que ella a veces le recordaba a su esposa, pues era como el sol que iluminaba tan enorme lugar, pero definitivamente tenía un carácter mucho más fuerte y explosivo que el de la fallecida mujer.
– Llegamos.
– Gracias. Te llamo cuando salga del taller, ya que hoy pienso trabajar después de clase para terminar la chaqueta. – Le indicó.
– No hay problema. Mientras iré a ver a mi hermanita. – Se burló de su situación.
– Espero que mejore su relación.
– Más bien, debería desear que comience una relación.
– Cierto. – Afirmó Marinette terminando de bajar su segunda mochila. – Nos vemos más tarde.
– Con cuidado.
– Deberías de dejar de gastar tanto tiempo en coser. – Le susurraron al oído provocando que tirara sus cosas.
– ¡Chloé!
– Es un consejo. – Señaló las manos de la franco-china. – Vas a terminar con unas manos horribles si sigues así.
– No pasa nada. – Recogió sus cosas y avanzó junto a la rubia. – Es sólo que coser con la máquina especial para piel es difícil y yo me desespero con mucha facilidad.
– Entonces debes de ser más prudente.
– Son cosas de la profesión. – Trató de hacer menos sus evidentes heridas.
– Si, pero también son cosas de la profesión el verte perfecta físicamente. – La tomó del hombro. – Vayamos las tres el próximo fin de semana al spa, yo invito eso, tú pones la comida y Alya la cámara.
– Está bien.
Grandes cambios, con nuevos amigos, había dejado Claris.
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Rumores [Miraculous Ladybug Fanfic]
FanfictionSEMI-AU - Los titulares de las revistas son claros con lo que quieren decir, sobre todo si tratan sobre rumores de personas famosas. Paris es inundado por ellos, gracias al amarillismo y el acoso de paparazzis que sin saberlo ayudarán a que una hist...