Rumores [Miraculous Ladybug Fanfic]

《¿Musa de padre e hijo?》

Ambos hombres observaban a la chica que se encontraba en el medio del salón, un punto que le permitía observar mejor todo el amplio lugar. El hombre menor se atrevió a tomarle del hombre y la dirigió frente a su progenitor que le dio señas a la modelo de cambiarse de ropa pues habían terminado.

– Al parecer, señorita, aprecia en demasía los artículos de esta habitación. – Celebró Gabriel.

– ¡Claro! – Giró su mirada a ver al par Agreste. – ¡Esto es un sueño!

– Espero que a partir de ahora disfrute cada tarde que Adrien la traiga.

– ¿Cómo?

– Bueno... – El mencionado ahora debía explicar todo. – Le pedí a mi padre que fueras el centro de mi primera colección. La haré en conjunto con él.

– ¡Es maravilloso Adrien!

– Lo sé. – Tragó pesadamente. Estaba nervioso. – Tu serás la inspiración principal.

Su compañera palideció ante la frase que revelaba el porque la estaba llamando su musa. Era probable que esto también significara que tendría que modelar cada prenda. Aunque no era algo para lo que ella creía no tener talento, se compuso y asintió con tan enorme sonrisa que ambos hombres presentaron un rubor apenas perceptible; Marinette tenía esa magia que hipnotizaba a cualquiera que la viera feliz.

Gabriel se tomó la libertad de sacar las hojas de diseño que tenía hechas con las ideas de su hijo. Cada prenda era ideal para el otoño que se acercaba.

– La colección será presentada en agosto, antes de que comencemos la universidad. – Comunicó el joven.

– ¡Sí!

Ella se enamoró de cada idea, de cada dibujo y cada diseño que estaban trabajando padre e hijo, aun cuando apenas eran cuatro de los diez esperados. Eran diferentes entre sí, además de representar la moda casual juvenil.

La tarde avanzaba y el diseñador buscó apresurar un poco las cosas o ambos chicos regresarían tarde a sus casas para concluír sus deberes. Pidió entonces que Marinette subiera al banquillo, donde antes estuvo la morena, para poder tomarle las medidas correspondientes.

Ella pensó que su ídolo sería quien registrara esos números, un pensamiento que compartió con Adrien que buscaba no estorbar. Pero no sería así.
El hombre de cabello plata le colocó una cinta métrica alrededor del cuello y lo empujó al punto de acción. Su primogénito estaba nervioso y nuevamente compartía algo con Marinette.

– No te prepocupes, yo te guiaré. - Le anunció a su pupilo. – Lo mismo le digo, señorita Dupain.

El silencio invadió el atelier mientras las medidas de la chica eran tomadas por su amado. Gabriel los guiaba, pero eso no evitaba que recordara sus primeros trabajos textiles con su esposa; era como ver sus propios recuerdos desde otra perspectiva.

Pronto florecerá ese algo...