《Una balada para recordar》

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Aún con los esfuerzos del director, varios medios se quedaron a cubrir el evento nocturno. Claro, no sin antes dar un patrocinio económico a la institución educativa.

Alya no se quedaría atrás. Filmaría escenas inéditas donde los amarillistas no pudieran llegar y ese material sería exclusivo del blog que llevaba de ellos.

Se dispusieron a comer, siendo una mesa compartida entre los Agreste (que eso incluía a Nathalie y el guardaespaldas personal de Adrien) y los Dupain-Cheng. Al principio era algo tenso, hasta que la joven pareja hablaba con todo los de la mesa con suma facilidad, después de eso la comunicación fue fluida. Gabriel habló de lo talentosa que era la azabache, además de la propuesta de becarla y darle enseñanza personal en la industria. Por otro lado, Sabine y Tom alababan al rubio, su nobleza y perseverancia; ellos se comprometieron a cuidarle cuando asistiera a casa ya que casi era alguien de la familia.


– Tu madre estaría orgullosa. – Susurró el de cabello blanco observando a su hijo.

– ¿ Dijiste algo papá?

– Sólo mencioné que deberías bailar con la señorita Dupain. – Sonrió sereno viendo el nerviosismo ajeno. – No te comerá...

– ¡L-lo sé!


La cena terminó y tras unos minutos el director llamó a todos los jóvenes para presentarlos, en unos días oficialmente serían graduado.

Una balada a piano empezó a escucharse, como para abrir la pista. Chloé corrió a buscar a su amado que fácilmente se la quitó de encima para ir a tomar la mano de su musa antes de que cierto pelirrojo la rozara.

Comenzaron a moverse con cierta torpeza, ya que eran el foco de atención. A su rescate llegó su pareja de amigo, quienes también bailaron a su lado. Se trató de una pieza muy corta, algo como para amenizar el ambiente con el ruido de los medios emocionados por el magnífico acercamiento de diseñador y musa.

Continuaron bailando cuando la música cambió a algo más movido y electrónico, seguían siendo un foco durante el evento, sobre todo si dos de sus compañeros intentaban intervenir en algo sin obtener éxito.


– Creo que se ven frustrados. – Habló Marinette al oído de su acompañante, pues la música les impedía hablar normalmente. – ¿Tú que dices?

– Que no deberían comportarse así. – Adrien hizo el mismo gesto para hablar. – Esas cosas los hacen ver peor.
– Eso creo.

– Por cierto, bailas bien.

– Tú tampoco lo haces y eso que eres novato en esto.

– Digamos que... Estuve practicando.

– Si lo creo. – Giró a la cabina. – Y también creo que Nino le quitó el puesto al DJ.

– Lo imaginaba. – Vio a Alya junto a su amigo. – Y tu amiga tampoco pierde tiempo en grabar el momento.

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