《¡A la caza del tesoro! - Parte 1》

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Demian era quien encabezaba aquel rescate, dando órdenes y calmando a Adrien que buscaba salir corriendo porque no soportaba que fueran con tanta calma.

Avanzaban por los pasillos con cautela, buscando a algun cómplice del secuestrador, pero no encontraban nada. Es por ello que al llegar a las escaleras finales avanzaron despacio, agachando sus cuerpos tanto como podían. A un metro de la puerta, pudieron escuchar la conversación que se estaba llevando a cabo fuera.

- ¡Por favor, deja a ese tipo por mi!
- Cariño, debes entender que yo siento algo por Adri...
- ¡Mientes! Él seguro te ve como un vil objeto sexual y te quiere frívolamente. Yo puedo amarte mejor, darte todos los tesoros del mundo. Amarte hasta el extremo de morir por tí.

Acaso... Era claro que una de las voces era de Marinette, pero, ¿la otra era también la voz de una chica?

El rubio se sentía idiota por nunca haberlo pensado y por otro lado estaba irritado debido las estupideces que esa tipa le estaba diciendo a su novia. No podía hacer mucho por el momento, solo ver como llenaban de aceite las visagras para que la puerta no hiciera ningun ruido.

Apenas abrieron, notaron que la azabache estaba viendo en dirección a la puerta, estando parada relativamente cerca de la orilla del edificio, mientras que la chica intentaba acorralarla.

Marinette tuvo que hacer una seña para que no intervinieran, aún no era el momento.

Debía confiar en ella.

Esperaron pacientes, mientras ella dialogaba con esa loca. Aquella mujer, incluso de espaldas, se veía mayor que ellos. Su cabello era rojo natural, con algunas ¿canas? En él. Llevaba el uniforme de una empresa de repartidores de arreglos florares que incluía una vicera. Parecía regordeta por la estatura que poseía, pero se notaban ciertas curvas en su silueta. No estaba seguro de su edad ya que como había notado, su físico la hacía ver mayor, pero su voz aguda decía lo contrario.

- Te amo Marinette Dupain-Cheng. - Exclamó la extraña, abriendo sus brazos. - ¿Tú me amas también?
- Y-yo necesito saber primero tu nombre. - La ojiazul se mostraba lo más firme posible. - Necesito saberlo para decirte mis sentimientos.
- ¡Claro! Que tonta soy. - La de cabello rojo rebuscó en su sudadera, sacando una pequeña navaja. - Soy Loreine. Tu fan número uno. Tu enamorada.
- Es un gusto, mi preciosa Loreine. Estoy segura que te gustará saber mi respuesta.
- ¡Claro que sí mi musa!

El joven diseñador ya estaba queriendo correr hacía aquella tipa y terminar esa desagradable conversació que hacía que su piel se erizara. Solo él podía llamarla su musa, solo él la amaba de esa forma que sólo ellos conocían como pareja.

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¿Quién me puede decir cuáles son los apellidos de Claris y Demian? :3

Por cierto, después del arco del secuestro, pasaremos al de mi preciosa OC italiana ❤ y posiblemente al concluir ese el fanfic terminará. No se preocupen, tal vez para eso falte un buen rato. ¿30 capítulos más les parecen suficientes?

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