<Leo.>
Nos miramos fijos aproximadamente dos minutos, ella seguía tamborileando la mesa de madera del comedor, yo no podía evitar ver sus largos y finos dedos, pensando que se parecía al código morse que mi madre me había enseñado… ¡Espera! ¡Si era el código morse!
-¡Al! –exclamé, bueno, no pensé bien el apodo que había lanzado- ¡Sabes el código morse!
-¿Eh? –preguntó ella algo dormida, luego observó sus manos- Ah, sí, lo siento, lo hago inconscientemente. Mi abuelo me enseñó.
-A mí me enseñó mi madre –sonreí. Golpeé con un dedo cuatro veces seguidas (H), luego hice tres pequeñas rayas horizontales (O), después un golpe, raya, y dos golpes (L) y finalmente, un golpe y una raya (A).
Ella rio y me imitó, sonreí por lo bajo y formé “CÓMO VA TU PIE”, por su parte ella me contestó “YA CASI NO ME DUELE”, la miré sorprendido y ella se había parado sola.
-Pero… yo vi tu pie, y estaba bastante feo, con néctar y ambrosía tardaría una semana incluso –murmuré confundido.
-¿Néctar y qué? –preguntó confundida.
-Ambrosía. Sirven para aliviar el dolor a los semidioses –expliqué.
-Ah –ella sacudió la cabeza- Bueno, supongo que tengo que contarte.
Reí.
-Al, no tienes por qué hacerlo si no quieres…
-¿Sabes? La mayoría me dice “Ali” y ugh, ni siquiera me gusta tanto, Al es más informal –sonrió con autosuficiencia- Me agrada.
La miré sorprendido.
-¿Ah sí?
-Mientras que no me digas Alita –rio- Bueno, ¿por dónde íbamos? –suspiró- Intentaré resumirlo lo máximo posible. Hace ya varios meses no me estaba llevando bien con mis padres, eran solo peleas y es bastante frustrante. También, me sentía sola. Amo a mis amigas, pero había momentos… en los que simplemente no nos entendíamos, claro, en esos casos iba con Bruno, todo estaba perfecto, nos queríamos mucho… –frunció el ceño y apretó los puños- Hasta que comenzó a besarse con Tamara, en frente de mis narices, y claro, yo siempre había pensado que era una víbora, y resultó serlo de forma literal… -sacudió la cabeza- Y ahora está el asunto de que no soy quién creía ser, que mi madre siempre lo supo, y que me dejó creer que mi padre era otro –puso sus manos sobre sus sienes- Dioses, ahora que lo pienso, todo esto es una estupidez –resopló- Juro que en mi cabeza sonaba todo más dramático. Lo siento por hacerte perder el tiempo, Leo –forzó una sonrisa.
-¿Qué? –pregunté atónito- No bromees, Alice. Por más mínimo que alguno de tus problemas sea, es importante.
Sonrió.
-¿Qué? –repetí- ¿Tengo algún moco o algo?
Se echó a reír.
-¿Puedes creer que nos conocimos hoy, niño de fuego?
Esperen, ¿qué? No era posible.
-Es que es fácil hablar contigo –dije- Tengo bastante confianza.
Y decidí contarle todo.
Mi madre, las cosas que dijo mi tía Rosa, los hogares de acogida, como me sentía respecto a ser inútil, sobre el Argo II, Festo, todo. Ella no se inmutó, ni tampoco dijo el típico y muy agotador “Ow, pobrecito”. En cambio, esperó a que terminara y comentó:
-Vaya –se puso un mechón de cabello detrás de la oreja- Después de eso, se me fue cualquier mínima duda sobre subestimarte –sonrió- Eres una gran persona, niño de fuego.
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Fix Me {Leo Valdez}
FanficTres meses después de que Leo dejara Ogigia, sigue sin tener noticias de Calipso y se encuentra destrozado. Pero, ¿la llegada de una nueva campista podrá devolverlo a la normalidad? Miles de experiencias compartidas, una peligrosa misión y un jurame...