31. ¿OT qué?

2.3K 179 35
                                    

CONTENIDO MULTIMEDIA: clickearle a "play" en el video para que vaya al tiempo del diálogo cuando Alice comienza a cantar. ¡Gracias por leer!

<Alice.>

Tomé su mano y él la apretó, juntos fuimos hacia el sector más alejado del jardín principal, para tener más privacidad. Era un sector dónde había un banco de piedra con emblemas del Castillo Sant’Angelo, y baldosas debajo blancas y negras, como si fuese un tablero de ajedrez. Y luego de  un sector mediano de espacio, estaba todo rodeando por árboles y arbustos, la gran mayoría repleto de diferentes tipos de hermosas y aromáticas flores. Era el lugar perfecto para hablar.

Nos sentamos y él me miró expectante.

—¿Qué? –me hice la desentendida.

—Vamos, Al –se echó a reír- Sabes que puedes contarme.

Me abracé a mi misma y suspiré, rayos, todo esto era bastante bochornoso.

—Bueno, ya de por sí estaba de mal humor, aunque seguro te diste cuenta –lo miró durante un segundo y vuelvo a fijar la mirada en el piso- Luego tuvimos una pequeña discusión, y voy a comprar los boletos y luego no te veo más. Me desesperé completamente así que traté de entrar al Castillo, pero los ventis, ya sabes…

—Espera, espera –me interrumpió- ¿Te enfrentaste a ellos tú sola?

—Pues sí, pero no fue la gran cosa.

—No sé qué decirte, Al –se pasa la mano por sus rizos desordenados- No tuviste que haberte arriesgado por mí.

—Hubieses hecho lo mismo por mí –le digo ladeando la cabeza.

—Siempre –me contesta.

Sonrió y me pego más a él, de manera que estamos sentados en el banco literalmente juntos, no había espacio ni siquiera para separarnos con una ramita.

—Bueno –prosigo- Luego de pelear con ellos, entro al Castillo y te encuentro con Egle –aprieto los puños- Y de pronto recordé todo lo que dijo Dante, además de que te habían retenido ahí tres horas aproximadamente. ¿Qué se suponía que tenía que pensar? –dejo escapar una bocanada de aire- Lo siento mucho si actué como una loca, de verdad que estoy muy apenada –lo miro- Es solo que, sinceramente, pensé lo peor.

Me atrae por los hombros y hundo la cabeza en su pecho. De pronto, tenía ganas de llorar y soltar todo el estrés que había acumulado hoy. Pero no, me mordí el labio para evitar que dejara de temblar y traté de tranquilizarme.

No sé cuánto tiempo estuve entre los brazos de Leo, solo sé que lo suficiente como para relajarme.

—Eres tan inteligente y tan tonta a la vez –me dice riendo.

—¿Eh? –le pregunto levantando la vista, con el ceño fruncido.

—¿Cómo puedes creer que estando contigo, me iría con cualquier chica que aparezca? Quiero decir… sé que soy irresistible y todo eso, pero tú, dioses Alice, eres tan hermosa que me cuesta creer que seas real. A veces olvido que eres mi novia y soy incapaz de creer la suerte que tengo –me dice, tomando mis manos, luego sonríe- Eres tan linda y aterradora cuando te pones celosa, pero deja de ser tan idiota y para de pensar en esas cosas.

Me quedé literalmente muda. ¿Cómo es posible que exista alguien que me haga sentir tan especial como él lo hace? ¿Cómo es posible que estemos juntos?

—Te quiero, Leo –le dije y me incliné y apoyé mis labios suavemente contra los suyos.

—Te quiero más de lo que alguna vez he querido a alguien –me dice.

Fix Me {Leo Valdez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora