Elizabeth ya había pasado por tiempos muy difíciles, pero ahora, ahora todo sería distinto.
La manada está cambiando, ni Allison ni Isaac están más, pero habían nuevas personas en ella y otra que volvería, que pondría el mundo de Elizabeth patas arr...
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—¿Dónde está Lydia?— preguntó Kira
—Lo hizo desde primer año— dijo Stiles
—¿Ósea que podría hacerlo en otro momento?— preguntó Malia
—Malia, estudiaste más para esto que nosotros— dijo Scott
—No significa que lo vaya a ser bueno
—Bien— la corrigió Stiles
—¿Bien? ¿Bien qué?— preguntó Malia confundida
—Se dice bien, no bueno— le explicó Stiles
—¡Ay Dios!— se quejó Malia
—¡Bien, bueno!— exclamó Stiles
—Debes hacerlo, porque mientras intentamos no morir debemos vivir. Si sobrevivo a la preparatoria me gustaría ir a una buena universidad.— dijo Scott
—Solo son tres horas, sobreviviremos tres horas— dijo Jackson.
Todos hicieron muecas.
Scott frunció el ceño y me miró.
—¿Estás bien?— preguntó
—Si, estás algo callada— dijo Jackson
Los miré y simplemente asentí.
—Estoy bien— dije, por alguna razón no solo siento que Stiles y Scott me mienten, sino todos.
Entramos al salón y tuvimos que hacer algunas cosas para que nos dieran la prueba, también tuvimos que entregar nuestros celulares.
—Por favor no abran el libro de la prueba hasta que yo les diga— dijo el señor que vino que vino a hacernos las pruebas de los PSAT, por alguna razón no me daba buena espina.
—La prueba dura dos horas y diez minutos, habrán dos secciones de lectura de veinticinco minutos, una de matemáticas y otra porción de escritura que durará treinta minutos. Se supone que hayan dos maestros monitoreando el examen— le dijo a la señora Martin
—Ah... lo sé, el entrenador no suele ser muy puntual, déjeme llamarlo de nuevo.
El señor asintió y la señora Martin salió del salón en busca de Finstock.
Por alguna razón, siento que no deberíamos estar aquí.
Esperamos unos segundos y entonces ella volvió.
—No lo encontré, pero el señor Yukimura está arriba calificando exámenes, ¿Quiere que le pida que venga?
—Debemos empezar, podemos pedirle ayuda durante el primer descanso— dijo el hombre y la señora Martin asintió, el puso en marcha el cronómetro— Pueden comenzar.
Bufé y agarre mi lápiz, mientras iba leyendo las preguntas cada vez se me hacía más fácil responder.
