Capítulo 2: Siempre me gustó el Verde.

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CAPÍTULO 2

Siempre me gustó el Verde


Lois Lane empezó a hablar a la cámara en directo. Dijera lo que dijera, se estaba retransmitiendo a todo el país en ese mismo instante. Leyó el nombre del Linterna en su chaqueta de aviador, pues todos los pilotos de la fuerza aérea llevan escrito su nombre en el pecho.

—Estamos en la base militar ALFA-4 de Gotham donde hoy se presentan los nuevos drones no tripulados llevados a cabo por la alianza entre Wayne Enterprises y el Ejército de EEUU. —Le puso el micrófono a Hal prácticamente en los labios—. Hablamos con un piloto de las fuerzas armadas, el teniente H. Jordan. ¿Qué opina usted de la falta de moralidad de estas máquinas? ¿Cree que la Inteligencia Artificial puede suplir la destreza y la pericia de un piloto?


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Wayne permanecía a un par de metros observando la escena con aparente desagrado. Aquella Lane era una piedra molesta en el zapato, y no la despedía solo porque Clark no lo perdonaría nunca. Eran amigos desde hacía años. Además, y aunque le costara reconocerlo, era una de las mejores periodistas de investigación del país. Por otra parte, Bruce estaba completa y totalmente seguro de que Jordan iba a cagarla respondiera lo que respondiera. "¿Pero qué estaba haciendo allí? Se suponía que la exhibición de los aviones tripulados iba a ser por la tarde". No quería ni mirar la escena, y mucho menos escuchar la respuesta de su compañero de la JLA.

Y ahí comenzaba el ataque de preguntas. Jordan tenía muy en claro su opinión, pero estaba frente a las cámaras y probablemente hablando al país. Debía ser cuidadoso con lo que decía para no estropearla. Su general estaba ahí observándolo también, y debía estar a favor del proyecto.

Aunque por dentro se retorcía porque su moral le decía que no.

—Estoy en contra del proyecto de drones. —Y ahí se golpeó la cabeza mentalmente. Su boca decía lo que su corazón pensaba y no lo que su cabeza razonaba.

Bruce miró a los ojos por primera vez a Jordan mientras podía escuchar los nervios crispándose en el General. Quería permanecer serio, le molestaba estar allí, pero escuchar las palabras de Jordan hizo que una sonrisa se dibujara en sus labios. En el fondo él también pensaba que el factor humano que aporta un piloto es insustituible, aunque solo Jordan era capaz de soltarlo delante de las cámaras y quedarse como si nada. De repente, aquella impulsividad del Linterna que siempre había odiado, ya no le molestaba tanto. Era una refrescante sinceridad a la que estaba poco acostumbrado.

—¿Por qué está en contra del proyecto? —Lois sabía que aquella entrevista sería jugosa y daría que hablar, tal y como a ella le gustaba.

Los ojos de Hal se cerraron por un instante, y al abrirlos, el fuego vivo en ellos parecía crecer como una llama ardiente.

—Obviamente soy un piloto con muchos años de experiencia. He pasado gran parte de mi vida en los cielos, dentro de una de las tantas naves que he tenido el privilegio de pilotear. El espíritu de uno, de cierta manera, se conecta con la máquina y te vuelves uno con ella —comenzó con su discurso, seguro de lo que decía, sin importarle Wayne, el general ni la reportera—. Si algo falla tú tienes la responsabilidad, hay un rostro que se hace cargo. De cada botón que se presiona, de cada maniobra, de cada decisión instantánea que se toma, y las mismas solo sirven aquí en el aire, no detrás de una máquina, detrás de una orden cómoda desde un sillón.

No te enamores de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora