No te enamores de mí

Capítulo 7: Domador de fieras.

CAPITULO 7

Domador de fieras

La mano de Bruce aun deteniendo a Jordan hacía que éste último no siguiera su automático e impensado desplazamiento. Estaba tan desorientado que hacía las cosas de manera involuntaria e instintiva. El hecho de saber que había perdido todo de un segundo a otro, le había impactado más de lo que creía. Escuchó la sugerencia de la asistencia y quedó en silencio, todavía procesando lo dicho por el millonario.

Hal pensó durante algunos unos segundos y luego simplemente asintió. La misma energía verde que lo rodeaba, comenzó a cubrir a Bruce de pies a cabeza—. Si no te molesta, te llevo yo. Prometo que nadie podrá verte. Seremos invisibles ante los ojos de todos. El anillo nos cubre —le explicó para que supiera que estaba a salvo de ser descubierto con él.

—Espera un momento. —Fue al coche y sacó una maleta plateada que parecía la última tecnología en seguridad. Entonces Bruce asintió y se dejó envolver por el poder que emanaba del anillo.

Una vez dentro de la burbuja esmeralda, abrió la maleta previo escaneo de retina y reconocedor de voz. De su interior sacó un traje de Batman, algo más liviano y algo menos antibalas de lo que solía llevar últimamente, pero sabía que Batman sería más efectivo que el multimillonario para acompañar al Linterna en esa tarea. Empezó a quitarse la chaqueta, los zapatos y los pantalones. No iba a ponérselo encima de la ropa de calle.

En ese instante Hal miró hacia otro lado. No deseaba verlo desnudarse, aunque ya le había visto mucho más de lo que le mostraba, de cierta forma le resultaba extraño luego por lo que pasaron. Se sintió idiota por ese gesto y tornó los ojos hacia arriba. Su cabeza se iba hacia lugares no debidos, no era el momento ni el lugar para estar pensando en otras cosas.

—Siempre preparado, ¿eh? —soltó espiándolo con un leve giro de su cabeza. Batman nunca dejaba de asombrarlo.

Bruce sonrió por dentro al notar el leve sonrojo en las mejillas de Hal por verlo desnudarse. Pudo ponerse el traje algo más rápido, pero el ir volando a esa velocidad y sentirse observado hizo que se demorara un poco más de lo debido. Dejó para el final la máscara, que colgaba de su mano.

Gracias —pronunció escueto dejando ver sus ojos.

Hal voló a gran velocidad y fue cuestión de segundos que llegó hasta su departamento. Abajo todavía estaba su casera, envuelta en una frazada hablando con uno de los oficiales mientras los bomberos guardaban el equipo hidráulico. El incendio estaba apagado, no obstante, no era seguro ingresar, aún había humo y toda la estructura ardía peligrosamente. El semblante del piloto se volvió a ensombrecer. Lo había perdido todo. No parecía que algo pudiera rescatarse de allí dentro. Entró junto con Bruce por una ventana que daba a la calle sin ser detectados por nadie. Mantuvo la energía para que esta siguiera protegiendo a ambos, permitiéndoles desplazarse por el lugar sin problemas. Bruce era libre de sus acciones, pero el policía espacial mantenía la protección sobre su cuerpo. De esta forma no los descubrirían y tampoco se harían daño allí dentro.

—Aquí estamos —dijo Hal mirando para todos lados, procesando lo que había ocurrido—. Vaya desastre —trató de sonar indiferente. Le costaba demasiado.

Batman se movía como pez en el agua. Primero dio un vistazo rápido a todo el apartamento y después volvió sobre sus pasos.

—El fuego se originó en tu habitación —lo dijo muy seguro. Después olisqueó el ambiente, aunque allí solo hubiera humo y cenizas. Tocó algo en la sien de su casco y cambió a visión calorífica—. Hay presencia de acelerante en la cama, o lo que queda de ella—. Allí todo era gris y negro, consumido por el fuego. Observó un marco de fotos calcinado sobre lo que había sido la mesita—. Siento que hayas perdido tus recuerdos, Hal. —Pasó su guante por encima del colchón que emitía una extraña luz ultravioleta—. Alfred, te estoy enviando un acelerante calorífico. Necesito que me digas cual es y dónde se puede encontrar.