Tortura

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Los personajes de esta historia son propiedad de CLAMP, la historia es propia

La lluvia caía como una cortina sobre Tomoeda, eran principios de Septiembre y el clima era frio y lluvioso, todos los alumnos del Campus CLAMP se resguardaban bajo los tejados de la universidad o se mantenían dentro de las facultades, pero al ambarino aun le faltaban 2 clases más y tenía que cruzar medio instituto, sin paraguas y cubriéndose solo con su portafolios. –Fabuloso!- Pensó con molestia. Miro hacia ambos lados buscando cualquier camino que le atajara lo suficiente, realmente odiaba esa sensación de humedad en sus ropas o salpicarse de lodo por todas partes, pero las opciones no eran muy alentadores. A lo lejos debajo de un enorme y frondoso árbol se encontraba la ojiverde, cubriéndose inútilmente la cabeza con su sweater, estaba empapada de los pies a la cabeza, y temblaba de frio.

– Demonios! Sakura. – Porque siempre salía de casa sin paraguas, al menos debería haberse puesto algo más abrigador, si seguía ahí se iba a enfermar.

El ambarino se preocupó por ella como normalmente lo hacía, por lo que sin pensarlo demasiado ingreso de nueva cuenta al edificio de Administración recorriendo a toda prisa los pasillos, entrando a cada una de las aulas con la esperanza de encontrar algún paraguas olvidado, pero no había nada. Salió de inmediato esquivando algunos alumnos que deambulaban por los pasillos para evitar chocar con ellos, muchos de ellos se le quedaron viendo con sorpresa, -Que le pasa a ese chico, cuál es su prisa- Decía una de las chicas con las que casi tropieza. El castaño ignoro por completo al resto de la gente a su alrededor, lo único en su pensamiento era la imagen de la ojiverde temblando de frio, llego corriendo hasta la biblioteca, buscando con la mirada aquel objeto tan necesario, había mucha gente ahí , una chica en especial estaba muy entretenida leyendo y su paraguas descansaba a su lado no parecía necesitarlo en ese momento, pensó en pedírselo prestado, pero ella levanto la vista con molestia, Shaoran hizo una reverencia disculpándose y salió de ahí. El último lugar que le quedaba era el cuarto de trebejos, quizá entre las cosas olvidadas habría una sombrilla, subió a toda prisa las escaleras hasta el último piso y se adentró aquel cuarto lleno de telarañas, la luz parpadeaba muestra de que en cualquier momento ese foco se fundiría, pero al fin, ahí estaba aquel objeto, un paraguas color amarillo, algo polvoriento y viejo pero funcionaba, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, lo tomo como si de un tesoro se tratase y salió del lugar corriendo nuevamente.

Se detuvo en la entrada buscando hacia donde había visto a la ojiverde hacia unos minutos, y seguía allí, cubriéndose sin éxito con aquella prenda empapada, con los labios tan rojos como la granada por el frio. Meneo su cabeza y camino hacia donde estaba ella, con el agua escurriendo por sus mechones chocolate, le sonrió con dulzura y abrió el paraguas sobre ella, abrazándola contra él, colocando su saco sobre sus hombros descubiertos.

-Vas a resfriarte, porque eres tan distraída -Retiro el agua de su frente y la beso con ternura

-Shaoran! – Menciono sorprendida la castaña – Creí que tenías clase a esta hora, se te hará tarde.

-Tu eres más importante, puedo pedir las notas de hoy, además no tengo ninguna falta no habrá problema. Vamos a casa, enfermaras.

El castaño comenzó a caminar con la ojiverde a su lado mientras la tomaba de la mano y la mantenía cerca de él, hombro con hombro, una sonrisa tímida se dibujó en los labios de Sakura mientras el daba pasos lentos a su lado, el corazón del ambarino latía pausadamente mientras la miraba de soslayo, esas miradas que se cruzaban con dulzura en cada paso.

Melodía de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora