Capítulo 6

4K 545 241
                                    

Mirio

No había cambiado nada entre nosotros. Bueno, era mentira.

-¡Me alegro tanto por ti!

Ahora compartiamos ''te quiero''s cada vez que nos cruzábamos por cualquier sitio.

-Gracias Hikaru...-dije mirando al suelo.

-Hay algo que te preocupa.-dijo poniéndose de tal manera que pudiera mirarla a la cara.

-Es una cosa del internado... Una misión que tenemos que hacer para rescatar a una niña...-expliqué rascandome la nuca.

-Puede que no entienda nada del mundo de héroes, pero hay algo que entiendo y eso es, señorito Mirio, que debes tener cuidado.

-Intentaré.

-No, no lo intentes.

-¿Por qué?.-pregunté confuso.

-El cerebro asocia la palabra ''intentar'' con el fracaso, y no puede fracasar, Lemillion debe seguir en pie ¿entiendes?

Asentí y sonreí.

-Oye, ¿podrías darme tu número para poder hablar más contigo?

-¿Estás ligando conmigo?.-preguntó sonriendo de lado.

-¡Por supuesto que no! Te recuerdo que tengo pareja.-dije mientras ella reía.

-Ya lo se, lo decía a broma.-respondió.-No puede darte mi número, no tengo télefono, lo siento.

-No pasa nada, supongo que tendré que pasarme más por aquí.

-Y estaré esperándote.

-También traeré a Tamaki, tienes que conocerlo.

-¿Ver un eclipse? No, gracias, no quiero quedarme ciega.

-Por favor, eres mi amiga, quiero presentaros.-dije juntando mis dos manos, como si estuviera rezando.

-Lo siento Mirio... Pero no puedo hacerlo...

Suspiré y lo dejé estar, no podía convencerla y mucho menos obligarla.

Abrí los ojos, encontrándome con un techo blanco como la nieve, y con un dolor insoportable en todo mi cuerpo. Giré la cabeza, creo que era lo único que podía mover, encontrándome con Sir Nighteye y la pequeña Eri. Sonreí tratando de tranquilizar a la pequeña, la cual estaba llorando.

-Lemillion...-escuché a Nighteye.

-... He perdido mi quirk...-conseguí decir.

Eri lloró todavía más y me hizo sentir culpable por haber dicho lo que había dicho.

-Lo importante era salvarte.-dije tratando de estirar mi brazo para acariciar su cara.-¿Y Suneater?

-Está bien, en otra habitación, sus heridas están curando bastante rápido.-respondió el hombre con gafas.-Consiguió derrotar a tres personas él solo.

-Ese es Suneater...-dije en voz baja, sonrienendo, cuando pudiera moverme, lo primero que iba a hacer era ir a verle.

-Lemillion...-volvió a decir Nighteye.-He estado hablando con el director... No podemos dejar que alguien sin quirk siga estudiando para ser un héroe en Yuuei.

Era lo que me temía...

-No me sorprende.-dije cerrando los ojos.

-Eso no significa que tu internado haya terminado.

Volví a abrir lo ojos, la pequeña había dejado de sollozar, lágrimas seguían cayendo pero ya no estaba llorando.

-¿En serio?.-pregunté mirando al antiguo compañero de All Might.

-Te dije que trabajaras conmigo por una razón, no era por tu quirk.-respondió y no pude evitar sonreir.

-Ahora descansa, los demás también deben de estar descansando ahora mismo.

Asentí volví a cerrar los ojos tratando de volver a dormir, no tardé mucho en hacerlo.

Me desperté sintiendo algo suave en mi mejilla, me giré para ver que, o quien, era, viendo a una enfermera con pelo morado oscuro recogido en dos moños y dos alas de mariposa por orejas, por lo que podía ver, su cuello, brazos y piernas estaban cosidos, aunque parecía que esas partes se podían quitar.

-¿Le he despertado? Lo siento.-dijo disculpandose rápidamente.-Estaba utilizando mi quirk para ayudar con sus heridas.

-No pasa nada.-dije moviendome un poco, ya sin tanta dificultad como antes.-¿Cuál es su quirk?

-Beso de mariposa, cuando beso la parte herida de alguien un parche con forma de mariposa aparece y ayuda con la regeneración de tejidos.-respondió.

Sonreí recordando como a Tamaki le encantaban las mariposas.

-Será mejor que vaya a hacer lo mismo con los demás heridos.-dijo como si lo hubiera recordado de repente.

-¿Puede ir a ver a Amajiki Tamaki? Creo que su quirk puede animarle bastante.-dije, a lo que la enfermera asintió antes de abrir la puerta y salir.

Cerré los ojos acomodándome un poco, no tardé mucho en abrir los ojos, pero ya había alguien ahí.

-Te dije que no lo intentaras.

EclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora