Los pensamientos de Aleida: Capitulo 15

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-Perdone señor…

Se encontraba en el suelo enrollado a una manta vieja, se levanta y mira por los lados desconcertado de su situación, no quiere recordar nada…está asustado, no quiere levantarse…no quiere seguir adelante. Miro hacia atrás y ve una hermosa niña de pelo oscuro, liso y largo hasta las caderas, con la  piel blanca y con sus ojos verdes turquesa…

-¿Quién eres pequeña?- Se puso de rodillas y miro a aquella niña.- ¿Estas perdida?

-Si…- Sus ojos bajaron la mirada, se le escapó alguna que otra lágrima, cayendo encima del oso de peluche que tenía entre sus frágiles brazos.

-¿Dónde están tus padres, pequeña?

-No lo sé…- Miro hacia ese chico joven de pelo oscuro, con ojos azules celestes…

-Ven con migo, te llevaré a casa, ¿vale?- Extendió un brazo, para que la niña pudiese cogerlo de la mano

-Mi mamá dice que nunca me vaya con extraños…-La niña dio un paso atrás, intentando recordar la frase que dice una madre a todos sus hijos…

-¿Acaso crees que voy a hacerte daño…?

-… - La niña miro hacía sus ojos, unos hermosos para ser de un muchacho peculiar…unos ojos que la hacían sentir segura de sí misma…- V-vale…

Noah cogió la mano de la niña y se dispuso a caminar con ella por la calle, haber si encontraría a los padres de la niña, por un momento Noah pensó en lo preocupados que estarían los padres de esta niña inocente…Y se acordó de su madre, estará preocupada por irse como su hermana, como hizo daño a su madre, como rompió una familia al descubierto, para siempre…

-M-muchas gracias…-Estaba roja, nunca un chico le había cogido la mano…y menos tan guapo.

-Vamos pequeña…haber si podré ver a tus padres desde aquí…- Noah se separo de la niña por un instante. Se subió  encima de un muro e intento mirar por la calles…ya que había un montón de casa por el alrededor.

Silencio en las calle se prolongaba…y una caída hizo que desapareciera…

-¿¡Estás bien!? ¡¡Pequeña contéstame!!- La cogió entre sus brazos…su cabeza se apoyaba en las manos de Noah, tan pequeña, tan frágil…

-N-no…me…encuentro…bien- Le costaba respirar sus pulmones pequeños no se llenaban del todo, no tenía nada más que hacer, que pedir ayuda.

-¡¡Por favor que alguien me ayude!! ¡¡Por favor!! - Noah corriendo calle abajo con la niña en brazos, no podía creer la escena que le estaba ocurriendo, nunca había pensado que una niña iba a morir entre sus brazos...no lo creía.-¡¡Es que no hay nadie!! ¡¡ Esta niña necesita ayuda!! ¡¡¡JODER!!!

No podía esperar a que alguien se acercase y ayudase a esa pobre niña, a esa criatura que estaba apunto de irse...a ese ser tan puro, no quería imaginar que ella sería su hermana...todos los recuerdos dolorosos que él quiso olvidar, no tarda dos segundos para empezar a recordar...

 -Aguanta pequeña, no te duermas, ¿vale?- Noah la miraba todo el rato mientras corría, su rostro lleno de lagrimas, lleno de rasguños, sus ojos se cerraban poco a poco, su pelo brillaba a la luz del sol, sus labios tiemblan...y su única palabra:

-G-gra...cias...-Le costaba mucho respirar, Noah corría lo más rápido posible...no lo aguantaba, no quería que una niña le pasara esto, menos delante de él, ella tenía un futuro, una vida, a sus familiares...a sus padres. Noah se cayó al suelo, pero eso no impedía que una criatura muriera de esa forma...

Llegaron al hospital mas cercano, no dejo pasar a nadie en la entrada, llego al recibidor y un doctor los atendió.

-P-por favor ayuda a esta niña...- Sus rodillas ensangrentadas caían al suelo, su cabeza miraba al suelo, el sudor de su frente demostraba que corrió lo más rápido que pudo, su corazón latía con fuerza...con mucha fuerza.

-¡¡Una camilla por favor!!- Algunas enfermeras se acercaron a la niña y la depositaron en la camilla.

Noah contemplaba a esa niña, como se alejaba en ese momento, como su delicado rostro pálido...no encontraba color, para esas mejillas tan suaves. Su pelo negro cubría sus hombros y sus piernas delgadas llenas de rozaduras. A Noah le sonaba la cara de esa niña...le resultaba familiar...muy familiar.

-¡Mamá! ¿Donde está mi pajarito?- Corría por toda la casa buscando a su pajarito azul de plumas verdes.- ¿¡Mamá!?

-¿¡Qué ocurre!?- Una chica morena salio de su habitación, buscando la manera de tranquilizar a su hermano pequeño, cogiendolo de la cintura, porque estaba a punto de caerse por la ventana.- ¿¡Te quieres tranquilizar!?- Lo miro a la cara y lo abrazo con fuerza, mientras su hermano lloraba, por haber perdido a su pajarito multicolor.

-¡M-mi pajarito Momo! ¡No encuentro a mi p-pajarito Momo-mo.- A su hermana le encantaba como lloraba su hermano, lloraba con el hipo, le gustaba...asía que ella se sintiera orgullosa de ser la mayor, de ser la que mande, la que cuide, la que protegía...a su hermanito.

-Lo encontraremos juntos, ¿vale?- Le seco las lagrimas con su manga larga, de su sueter favorito, el que le regalo su padre, antes de irse... -¡ Quítate esos mocos! ¡¡Fos que asco!!- Hizo reír a su hermano, hizo que se sintiera feliz, tiene que ser feliz, porque no se sabe si algún día la persona que te hizo reír , necesite una sonrisa tuya.. -Vamos a coger la jaula, para empezar a buscarlo, venga...

-¡¡Wendy!!- Buscaba a su hermana desesperado por encontrarla.

-Noah, estoy aquí, estoy aquí...-Fue corriendo en cuanto la vio, abrazo a su hermana para que lo protegiera, para no estar solo, en la oscuridad de la noche. Miro hacía arriba y vio su cara, su hermoso rostro lleno de lágrimas, con sus ojos azules celestes brillando con el reflejo de las estrellas...acariciaba su pelo mientras se miraban mutuamente...-Vayámonos a casa, ya es muy tarde.- Cogidos de la mano, con sus cuerpos fríos, Wendy miraba a su hermano, se preguntaba que estaría pensando, ¿como estará su pajarito Momo?, el pajarito de su padre, el que alegra la vida de cualquier niño...Miro hacía el cielo nocturno, una pequeña risa salio de su boca, su hermano la contemplaba con admiración...

-¿Cómo es que  siempre sacas una sonrisa en los peores momentos?...¿Por qué sonríes como en el funeral de papá?

-Por que sé que él nos esta mirando desde ahí arriba y eso me hace feliz, Noah...- Aunque sus lágrimas no paraban de salir al recordar a su padre, no dejaba de sonreír...

-¡¡Entonces yo también sonreiré cuando esté llorando!! ¡Así papá me mirará y dirá que soy feliz!- Sus palabras hizo reír a su hermana Wendy, esa risa que nunca saldrá de tu cabeza, y que cada vez que la escuchas te ríes con ella...una sonrisa que te alegra, desde la mañana hasta la noche.

*

Abre los ojos, se encuentra en la sala de espera de el hospital, mira hacía un lado y solo ve a una anciana dejándose dormir por la tranquilidad del centro.

-Perdone joven, ¿es usted el hermano de esta niña?- Un enfermero entro en la sala, con la niña en la silla de ruedas.- No se preocupe, esta debil, por eso la traigo así.

-N-no, no es mi hermana...

-Hola, chico raro...-La niña acabo la frase de Noah, sin dejarlo hablar delante del enfermero.

-Hola, niña fea...-Noah saco una sonrisa e hizo que la cara de esa niña se iluminase por completo. La niña lo miraba y se quedo la habitación en silencio durante unos segundos...- Entonces...¿nos vamos a buscar a tus padres?- Noah se levanto y saco una cara de entusiasmo por ayudarla.- Por cierto...¿Cómo te llamas, pequeña?

-Me llamo...Ruth, Ruth Smith...- Ruth lo miró, para saber la respuesta que le daba...

-Yo soy Noah Smith, ¿será casualidad? ¡Tienes el mismo apellido que yo!- Noah se empezó a reír.

Ruth se tranquilizo, todo el mundo se burlaba de su nombre, menos su madre...y este chico extraño al que a ella le suena su cara...Noah se quedo petrificado, sus ojos no paraban de mirarla, y es que su sonrisa se parecía a alguien muy cercano...esa sonrisa más las lágrimas, le resultaba familiar, esa expresión...No tenía nada más que hacer, salvo mirarla y observar con cada detalle su rostro, pensando...¿Quién es esta niña?¿Por qué esa expresión me parece tan familiar?

-V-vamos...- Noah estaba trabado, no sabía que decir.- Primero vamos a comprar algo de comer, ¿vale?- Ya sabía que decir...

La niña expreso con un de acuerdo, exageradamente...

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