Los pensamientos de Aleida: Capitulo 17

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No dejaba de estar preocupada, caminaba de un lado a otro por los pasillos de casa, nerviosa, no quería pensar que le hubiese pasado.

-Por favor señor...- No lo soportaba más...

Salió de su casa, se aproximo a la acera y empezó a mirar por todos lados, estaba segura que la encontaría...solo tenía que tener paciencia.

Se iba acercando a un caminito de tierra (no pensaba meterse ahí dentro, y menos con sus zapatos nuevos...), pero tenía que hacerlo, por el bien de poder encontrarla...

-Joder...-Caminaba rápido y cogía ritmo de pulso, para no cansarse. Saco de su bolsillo la foto de su pequeña princesa, la princesa que alegraba la casa,la que dejaba marca en tu pecho, tras haber sonreido, tras haber llorado, no podría pensar que su pequeña Ruth este ahí sola sin nadie que la protega, que la ayude, que la acompañe...-Perdone, ¿a visto a esta niña?- Se acerco a una mujer mayor ,de unos 30 o 40 años de edad.

-No, lo siento...- La mujer se fue alejando, mientras ella seguia hacía adelante, frustrada, sin nada más que pensar que su pequeña este en peligro...

-Por favor Señor...te lo súplico, ayúdame a encontrar a mi niña...- Se susurro a sí misma.

-Perdona...¿Has visto a esta niña?- Se acerco a una chica adolescente, es peliroja, con una forma de vestir muy inusual...

-No, señora lo siento, no la eh visto.- La peliroja cogió la foto de la niña y miro a esa madre desconcertada...Miro atenta a la foto, de arriba a abajo, se le recuerda a alguien cercano..." Esta cara me resulta familiar ", piensa...

-Bueno, igualmente gracias...- Siguio caminando mientras la peliroja se quedaba mirando a esa mujer, la mujer que busca a su hija desaparecida...

*

-Noah...- Mi cara contra la almohada recordando los buenos y malos momentos de mi vida junto a él....- Soy tan estupida...- Esas gotitas que caen por la mejilla cuando estas tristes, esos recuerdos que desvanecen...yo no quiero eso.- ¿¡ Porque me tiene que pasar esto a mi !? ¿¡Porque!?

 -¡¡No quiero esto!! !No quiero enamorarme!- No tenía ninguna palabra mas despúes de expresar todo mi sufrimiento...tire la almohada contra la estantería de fotos que hay al lado de la ventana de mi cuarto. Me levante de la cama, me dirigí a ese lugar, el lugar de los recuerdos más bonitos que puede tener una persona...las fotografías del pasado.

Fuí hacía ella, la Recogí, me sente, las observe...muchas fotos en el sulelo...Lentamente estiraba mi brazo, acercaba mi mano hacía una de ellas, mis lágrimas caían encima, no podía ver con claridad, la humedad de mis ojos no dejaba ver.

La presione fuertemente contra mi pecho, mi cabeza bajada, arrepentida, la vida me había ganado, mi propio destino se reía en mi cara...perdí a mi mejor amigo, tengo que recuperarlo, tengo que hacerlo...pero, no será lo mismo.

Me sequé las mejillas con la manga larga de mi suave rebeca de color azul, me levante del piso, y encamine hacía el pasillo, me dirigí al baño, cerré la puerta y me acerque al espejo. Apollo mis manos sobre el lavabo, miro mi reflejo, me agache y abrí el cajón cojiendo una cuchilla de afeitar, rompí la carcasa, la coloque sobre mi muñeca tensa por los nervios, me temblaba la muñeca, presione la cuchilla sobre mi piel fría y me paré unos minutos para pensar...¿Pero que estoy haciendo...? Miro otra vez al espejo y veo mi cara...mis ojos rojos e inchados, mi expresión de sufrimiento, mis labios secos y agrietados...Y lo recorde:

"No me importa…Con estar a tu lado me basta."

 Las lágrimas son la sangre del alma...manchando el suelo inmaculado de desgracias.

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