Capítulo 18: Tras el rastro de Medusa

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La mayoría de la tripulación de ambos barcos se encontraba en la cubierta, Barba blanca ya estaba enterado de que la menor de los D. había despertado y que se encontraba en la enfermería sin embargo decidió confiar en que nada saldría mal. Todos los presentes estaban por retomar sus actividades cuando varios pasos llamarón su atención; Zoro, Marco, Chopper, Storm y (Tn___) hicieron acto de presencia, con la chica al frente; quien caminó hasta quedar frente al capitán del Moby Dick.

En cuanto las miradas se encontraron, el capitán se sorprendió al ver el color que poseían los ojos de la joven sin embargo se mantuvo callado y expectante. (Tn____) no estaba segura de como informarle a Shirohigue que solo tenían hasta el anochecer antes de que ambos pelinegros fueran totalmente consumidos por la maldición.

-Tenemos poco tiempo antes de que la petrificación se haga permanente-soltó al final la pelinegra y el capitán vio un brillo de determinación intensificarse en su mirada- En este momento sería complicado explicar los porqués de la situación, así que capitán permítame ir tras la Gorgona.

-¿Puedo confiar en que estarás bien?- preguntó aquel monumental hombre sin perder el contacto visual con la chica, que ni se inmuto, y soltando un leve suspiro continuo- Tendrás que ir acompañada, no quiero quejas, no es que no confié en tus capacidades jovencita pero acabas de despertar tras dos días de coma y...

-Lo sé, lo sé- interrumpió (Tn____) con una ligera mueca que rápidamente fue sustituida por una gran sonrisa reluciente- Pero... no te prometo ser sutil y cuidadosa, el peligro es la mejor parte de una aventura.

Los Mugiwara no contuvieron sus sonrisas, sin duda aquellos dos parecían haber sido cortados con la misma tijera, así que antes de cualquier otra cosa Zoro, Sanji y Storm se pusieron a la par de la menor de los D. y le sonrieron; el equipo estaba decidido.

-Más les vale regresar enteros- les advirtió Nami con una sonrisa de lado y posteriormente se dirigió a los hombres- Si algo le pasa a (Tn____)-chan ustedes serán enteramente responsables.

-¡Hai!- respondieron los tres piratas, sintiendo un escalofrió recorrerles la espalda, (Tn___) trato de disimular un poco en vano, una ligera risa.

-Bien, entonces que más estamos esperando- sin esperar respuesta la joven corrió en dirección a la proa del barco y sin dudarlo salto, aterrizando de pie en la playa, dirigiéndose hacia la espesa selva.

-¡Oi! ¡Espera!- gritó Zoro ante el inesperado arranque de la joven y sin esperar más ellos también se unieron a aquella carrera contra el tiempo.

Bajo la superficie, en una cueva lo sufientemente grande, Medusa maldecía su suerte, su cola se enrollaba con desesperación y fuerza a su alrededor; ya habían pasado dos días desde el encuentro con aquella chiquilla y la herida aun no cicatrizaba, ni había disminuido el dolor.

-¡La maldigo, a ella y a todos los de su clase!- farfullaba con ira la Gorgona, gotas de sudor recorrían su rostro, mientras que con su otra mano sostenía su brazo herido.

A su al redor se podía escuchar el pequeño sonido de agua fluyendo y el suave siseo de sus serpientes, tratando de tranquilizarla y arrullándola para mermar el dolor.

-No importa lo que haga, esto no mejora- volvió a murmurar aquella mujer con el dolor, ahora impregnado en su voz, sin embargo luego de unos segundos su mueca cambio a una sonrisa- Pero pronto esa mocosa perderá lo que le importa, no queda mucho tiempo antes de que la maldición los consuma por completo.

Pronto su risa inundo el lugar haciéndose cada vez más fuerte y con el eco retumbando aun en sus oídos decidió tratar de dormir no sin antes hacerse una última promesa:

TU ERES MI HERMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora